El cadmio es un metal pesado que en su forma natural se encuentra en bajas concentraciones en la corteza terrestre, pero como resultado de la actividad humana y especialmente de las tareas en la agricultura y la industria, se produce un aumento significativo de sus valores. Este elemento lo podemos encontrar en el agua y en las plantas al ser absorbido por sus raíces, lo que facilita su introducción en la cadena alimentaria. Hay que recordar que este metal pesado se considera uno de los más tóxicos y se ha considerado como un carcinógeno humano que provoca diferentes problemas de salud, por ejemplo el cáncer.
El plomo es también un metal pesado tóxico que puede acceder a nuestro organismo a través del agua, el aire o la alimentación y dependiendo del nivel de su ingesta puede provocar serios y graves problemas de salud en los seres humanos. Como en el caso del cadmio, se trata de un elemento que se encuentra de forma natural en el medio ambiente, pero ahora con una elevada concentración debido a la actividad humana industrial. Pues bien, en un esfuerzo por combatir enfermedades como el cáncer relacionado con estos metales pesados, la Comisión Europea ha decidido establecer nuevos niveles de cadmio y plomo en algunos alimentos.
En el año 2014 la CE estableció niveles de estos metales pesados en los alimentos para bebés, en el chocolate y en algunos alimentos procesados con base de cereales, pero también lanzó una serie de recomendaciones para que se redujeran los niveles en alimentos como las hortalizas y los cereales. Ahora se pone en marcha una nueva regulación que entrará en vigor el próximo 31 de agosto, limitando el contenido de cadmio y plomo en cereales, hortalizas, semillas oleaginosas y ciertas frutas, a fin de intentar reducir el riesgo de cáncer de pulmón, de endometrio, de la vejiga y el cáncer de mama.
La CE explica que los grupos de alimentos que más contribuyen a la exposición al cadmio son los cereales, los productos con base de cereales, las verduras, las nueces, las legumbres, los tubérculos, las patatas, la carne y los productos cárnicos, pero no olvidemos que las algas comestibles también son una gran fuente de cadmio, de ello hablábamos aquí. Se apunta que las personas vegetarianas tienen un mayor riesgo de exposición dietética a estos metales pesados, pero también aquellos que consumen habitualmente moluscos bivalvos y setas silvestres.
Sobre el plomo, la CE quiere reducir sus niveles en diferentes alimentos que son los contribuyentes más importantes en la exposición dietética, como son los cereales o las verduras, pero también apunta a reducir sus niveles permitidos en los alimentos para lactantes y niños pequeños, en las setas, en las especias y la sal.
Estos nuevos límites fijados nacen a partir de los compromisos adquiridos en el marco del plan europeo de lucha contra el cáncer, además de ser un paso más para el fortalecimiento de los elevados estándares de seguridad en la cadena alimentaria de la Unión Europea y en la garantía de ofrecer un suministro de alimentos que sean más seguros, saludables y sostenibles.
De momento y según leemos aquí, no se ofrecen más detalles, pero seguramente a finales de este mes se ofrecerá toda la información relativa a los niveles y los diferentes tipos de alimentos sujetos a la regulación.
Foto | 1 Dennis Tang
Foto 2 | USDA