A la hora de analizar el riesgo de determinados productos químicos presentes en los alimentos, sean aditivos, productos fitosanitarios, metales pesados, dioxinas, etc., las evaluaciones no suelen tener en cuenta que las posibles combinaciones de estos productos forman cócteles que pueden ser peligrosos para la salud humana. Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores del Instituto Nacional de Alimentos de la Universidad Técnica de Dinamarca, tras finalizar un proyecto de investigación de cuatro años de duración.
Según los investigadores, determinadas sustancias pueden estar presentes por debajo del límite permitido por la EFSA u otros organismos reguladores, pero cuando estas sustancias se combinan con otras, incluso en dosis muy pequeñas, pueden tener importantes efectos negativos para la salud. En este trabajo, considerado uno de los proyectos de investigación más importantes que se ha realizado hasta la fecha sobre la combinación de elementos químicos de los alimentos, se ha desarrollado un método fiable que permite calcular el efecto de diferentes combinaciones de químicos, así mismo, el proyecto ha demostrado que es necesario limitar mucho más la exposición de los seres humanos a determinadas sustancias.
La tradicional forma de evaluar los efectos perjudiciales de un producto químico quizá es errónea, una sustancia puede provocar la amplificación de los efectos de otra sustancia química con consecuencias negativas. Por separado son aceptados al estar sus valores por debajo de los niveles máximos permitidos, pero si se combinan el efecto puede ser letal. Esta es una de las principales razones por las que se considera que es necesario realizar evaluaciones de riesgos teniendo en cuenta las posibles combinaciones de elementos químicos presentes en los alimentos.
En este trabajo se ha logrado crear una visión general de la cantidad de pesticidas y otros elementos contaminantes a los que los seres humanos estamos expuestos a través de la alimentación. Con las pruebas realizadas, se ha llegado a la conclusión de que aunque los consumidores daneses están expuestos a un nivel reducido de plaguicidas presentes en los alimentos, es necesario reducir mucho más la exposición a productos como las dioxinas, el plomo, el PCB o el cadmio, la combinación de algunos de estos elementos puede provocar alteraciones en el funcionamiento del sistema endocrino.
Los investigadores consideran que no se han estudiado adecuadamente los disruptores del sistema endocrino, es decir, cómo estas sustancias alteran e interrumpen algunos procesos fisiológicos controlados por las hormonas. Han desarrollado un programa informático que permite realizar combinaciones de diferentes químicos de los alimentos y conocer los riesgo para el organismo humano, a raíz de algunas pruebas realizadas, se concluye que es necesario reducir los niveles permitidos de productos químicos fluorados y ftalatos, por el efecto que tienen sobre el sistema endocrino cuando se combinan con otras sustancias.
Los investigadores explican que existen muchos indicios que muestran que los seres humanos estamos sometidos a una gran presión química que inevitablemente influye en la salud, lo cierto es que mires donde mire, prácticamente todos los alimentos contienen algún producto químico, la suma de todos y su combinación son riesgos muy potenciales que se deben tener en cuenta. El “efecto cóctel” de productos químicos es un reto que cuestiona la forma en la que se realizan las actuales evaluaciones y las consiguientes regulaciones y normativas sobre los valores máximos permitidos.
Y ya no se habla sólo de los químicos presentes en los alimentos, hay que tener en cuenta que estamos expuestos a todos tipo de químicos presentes en la ropa, en los productos de higiene, en los aparatos electrónicos, etc., lo que deriva en un combinado muy completo de químicos cuyos efectos para la salud en muchos casos son totalmente desconocidos. A raíz de los resultados obtenidos se han establecido una serie de recomendaciones para reducir la exposición a estos cócteles de químicos, por ejemplo, en el caso del arsénico, han recomendado reducir el consumo de algunos alimentos a fin de reducir aún más su ingesta. Explican que no se puede evitar totalmente este elemento químico, pero sí se puede reducir mucho más y evitar sus efectos negativos para la salud, tanto de forma individual como cuando se combina con otro elemento químico.
Según comentan los expertos, es necesario seguir investigando, los resultados obtenidos hasta el momento son sólo la punta del iceberg, quizá a raíz de los resultados empiecen a cambiar los procedimientos con los que se regulan las cantidades máximas permitidas de pesticidas y otros elementos químicos presentes en los alimentos y en otros productos. Podéis conocer más detalles de este trabajo a través del Instituto Nacional de Alimentos de la Universidad Técnica de Dinamarca, y a través de este documento (Pdf), en el que se detallan los objetivos y los principales resultados con más detalle.
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