La Ruche Qui Dit Oui! es una iniciativa que nació en Francia en el año 2011, principalmente como una herramienta para apoyar a la agricultura local y ofrecer beneficios al consumidor con algo aparentemente tan sencillo como la posibilidad de comprar productos agroalimentarios directamente al productor. En definitiva, la idea es crear un sistema alimentario justo, en el que el consumidor pueda adquirir productos frescos, de proximidad, de temporada y a un precio honesto, mientras que el productor recibe el precio justo por su trabajo.
Lo cierto es que para muchas personas de España, de Francia y de otros tantos países, es prácticamente misión imposible comprar productos directamente al agricultor o productor, y no sólo eso, también tienen dificultades para comprar producto local o de proximidad, a pesar de que muchos supermercados han realizado cambios al respecto, y en algunos casos incluso se puede comprar pescado de la lonja más próxima.
El caso es que La Ruche Qui Dit Oui! llegó a España poco después, en el año 2014, con el nombre ¡La Colmena Que Dice Sí!, y según leemos aquí, empezó con ‘colmenas’ en Madrid y Barcelona, pero actualmente las hay por todo el país. Explican que ya hay 50 colmenas o centros abiertos, y hay muchos más en construcción, nada menos que 74 centros. De momento, se han contabilizado 350 productores registrados para vender sus productos sin intermediarios y 30.000 consumidores que quieren comprarlos.
Para conseguir unir a productores y compradores se hace uso de la tecnología, una página web en internet es la ventana a través de la que los consumidores pueden realizar la compra de los productos que necesiten, pero para recogerlos tienen que acudir al espacio en el que cada semana se reúne la colmena, donde tendrán preparado su pedido y podrán conocer a los productores.
Para que todo esto funcione hay una ‘Colmena Mamá’ que se define como una empresa social y colaborativa, y la pregunta o cuestión que puede surgir es ¿entonces hay intermediario?, ¿alguien se lleva beneficios que encarecen el producto final al consumidor? Pues como una de las filosofías de esta iniciativa es la transparencia, explican en la misma web cómo funciona. El productor o elaborador pone el precio que desea por sus productos, pero efectivamente, por el servicio que le ofrece el Responsable de la Colmena (persona encargada de buscar clientes, gestionar y organizar ventas, dinamizar la comunidad y logística, etc.), y ¡La Colmena Que Dice Sí!, debe pagar el 16’7% (la mitad para cada servicio).
También ofrecen información sobre los deberes de cada miembro de esta red de comercio, si estáis interesados como productores en ofrecer vuestros productos, queréis crear una nueva colmena o si como consumidores, queréis tener la certeza de que este sistema de compra de productos frescos y de proximidad es ética y justa, podéis leer toda la información facilitada en su web.
Ya sabemos que en el mercado actual hay muchos márgenes en los que hacen que los productores no puedan rentabilizar su trabajo, ellos no ponen el precio, se lo imponen los intermediarios, y a menudo perciben menos de lo que han gastado en la producción, lo vemos todos los meses en el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que realiza la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), de ahí el abandono de tantos campos de agricultura.
En ¡La Colmena Que Dice Sí! aseguran que los productores disponen de un espacio para la venta personalizado, ofrecer un servicio exclusivo al cliente, tener un contacto con la gente que va a consumir, y por lo tanto, a apreciar sus productos, y todo ello (bien hecho) permite fidelizar una clientela. Y además de tener libertad en poner sus precios, no tienen que esperar largos plazos de pago, perciben el dinero de sus ventas en menos de una semana, y no tiene excedencias n i pérdidas, pues sólo entregan lo que venden.
Para comprar en una colmena, primero hay que buscar en la web la que esté más próxima para poder acercarse a recoger el pedido. Se puede hacer a través del mapa o indicando la población, y entonces se accede a la Colmena elegida. Hay que decir que dependiendo del centro que se escoja, se pueden encontrar productos que no son de proximidad, quizá porque todavía no hay una red muy amplia de productores, pero es algo que deberían cuidar desde el minuto uno.
Tampoco todos los productos de las Colmenas son frescos, podemos ver algunos ejemplos de lo mencionado: En la colmena de Port Ginesta – Castelldefels venden productos lácteos que llegan de más de 100 km de distancia, y productos que no son frescos, como pasta, cereales o legumbres, de casi 80 km de distancia. En Madrid El Bosque hay embutidos que viajan unos 140 kilómetros y, entre otras cosas, repostería artesana que recorrerá casi 200 kilómetros. Habrá cosas que quizá no se encuentren de proximidad porque no se producen cerca, pero en ese caso lo mismo dará comprarlo en un supermercado.
Al menos la información que ofrecen sí parece ser transparente. De todas formas, quienes tengan en su población o ciudad fruterías y verdulerías, así como mercados municipales que comercialicen productos de proximidad, frescos, y en muchos casos directamente del productor, no verán ningún beneficio en este servicio, más que realizar la compra con antelación. ¿Vosotros que opináis? Nos gustaría conocer la opinión de personas que hayan comprado en una colmena, así como de quienes pueden ofrecer sus productos directamente al consumidor gracias a esta iniciativa.