Hace unos días, en la página de la Comisión Europea se publicó la recomendación de realizar un seguimiento de los hidrocarburos de aceites minerales en los alimentos, así como en los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con ellos, es decir, la CE reconoce el riesgo para la salud de los aceites minerales pero no toma medidas para proteger a los consumidores, considera que los Estados miembros deben realizar un seguimiento del problema a través de diversos análisis que deberán llevarse a cabo en los próximos años en los diferentes eslabones de la cadena alimentaria.
Con la información recogida se podrán interpretar mejor los datos, conocer las posibles fuentes de estos contaminantes y actuar en consecuencia. Pero esto no tiene mucho sentido, sobre todo porque ya se han realizado estudios determinando lo peligrosos que son los aceites minerales presentes en los envases alimentarios que se han fabricado con papel y cartón reciclado. Incluso la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) emitió una serie de conclusiones preliminares sobre los peligros de la alimentación contenida en envases de cartón reciclado.
En la investigación realizada por la agencia se trabajó para determinar la ingesta diaria admisible de los hidrocarburos de aceites minerales y para evaluar con más precisión los distintos elementos químicos presentes en los envases, así como los riesgos que suponían para la salud. Fruto de esta investigación se recomendó preparar una normativa comunitaria que regulase el cartón reciclado que entra en contacto con los alimentos. La EFSA confirmó que en los envases de cartón reciclado que contienen alimentos y no existe una barrera que los aísle, el riesgo de exposición a estos elementos químicos es muy elevado.
El problema es que los alimentos absorben como esponjas los compuestos químicos y cuanto más tiempo están en contacto con el envase, mayor es la acumulación de aceites minerales en los alimentos, por ello es prioritario colocar una barrera. En la investigación de la EFSA se destacaba que existían miles de compuestos químicos con diferentes tamaños y estructuras, la cantidad variaba en cada lote de envases. Por eso se dividieron los compuestos en dos categorías principales, elementos aromáticos y elementos saturados según la escala de Mohs (escala utilizada para determinar la dureza de los minerales). Según la EFSA y otros organismos científicos que han estudiado el tema, los compuestos aromáticos están asociados al riesgo de cáncer, por otro lado, los minerales se pueden acumular en diferentes órganos causando daños de todo tipo.
Se llegó a la conclusión de que las principales fuentes de la integración de las sustancias tóxicas son el papel y el cartón reciclado. Los periódicos reciclados son reutilizados como materia prima para fabricar los envases, son transformados en una pasta de papel a la que se le añaden diversos disolventes químicos a fin de poder separar todos los materiales que no sean fibra de papel. Posteriormente y tras el proceso de cribado, esta pasta es sometida a un proceso de centrifugado que separa los materiales según su densidad. El siguiente paso es eliminar la tinta, a través de un sistema que utiliza burbujas de aire se logra separar de los lodos.
Finalmente se debe lavar la pasta y blanquearla con una serie de productos químicos, este es, básicamente, el proceso del reciclado. Pero lamentablemente, esta pasta contiene los aceites minerales procedentes de la tinta, una sustancia elaborada con resinas, colorantes y aditivos, a esto hay que añadir que en la fabricación de la tinta se utilizan solventes muy tóxicos por su alto contenido en acetato de plomo. La pasta de papel o cartón reciclado está contaminada con estos aceites minerales, por lo que los envases que se fabrican, suponen un problema y un peligro para la salud.
Tras tres años sin legislar sobre el tema, la asociación alemana Foodwatch puso en marcha una campaña contra los residuos de aceites minerales en los alimentos. Esta asociación analizó 120 productos alimentarios de distintos países, encontrando que en cuatro de cada cinco muestras estaban presentes hidrocarburos de aceites minerales. De acuerdo que las concentraciones eran bajas, pero recordando la investigación de la EFSA, apuntaba que estos contaminantes se acumulaban en el organismo y podrían terminar causando daño, ya que son mutagénicos y cancerígenos.
Parece que los datos aportados hasta el momento no son suficientes para que la CE tome una decisión y legisle sobre el tema, pero dado que tiene constancia y reconoce que los aceites minerales son un riesgo para la salud, debería aplicar el principio de precaución y prohibir que los envases integraran estos elementos químicos, o al menos que se introdujeran las barreras oportunas para evitar la contaminación. Este organismo se basa en lo comentado por los investigadores de la EFSA y de otras agencias, indicando que el riesgo existe cuando la exposición es prolongada, es decir, los consumidores deberían haber comido durante años los alimentos contaminados, entonces sufrirían inflamación crónica de determinados órganos internos o cáncer.
Foodwatch pedía entonces que la UE legislara sobre el tema y obligase a utilizar barreras de separación en todos los envases que se fabriquen con papel y cartón reciclado cuya finalidad fuera la de contener alimentos, es una solución sencilla que mantendría aislados los productos alimentarios de los cientos de componentes químicos presentes en el cartón. También solicitó que la tolerancia fuera cero a la presencia de los compuestos aromáticos, sin embargo, no se han tomado medidas, aunque hay que apuntar que algunos fabricantes decidieron incluir estas barreras de forma voluntaria.
La asociación alemana se muestra indignada ante la resolución actual de la CE, se reconoce el peligro pero no se toman medidas, se aconseja seguir estudiando y analizando el origen de estos contaminantes para constatar lo que han concluido estudios anteriores. Los Estados miembros deberán aportar sus resultados a la UE en febrero del año 2019, prolongando así el uso de materiales reciclados que contienen aceites minerales saturados (MOSH). Se puede decir que supone una ampliación de plazo para algunos fabricantes ya que el coste de la materia prima se mira con lupa, y dado que el material reciclado es más barato que el cartón que se fabrica a partir de pulpa virgen, se seguirán fabricando este tipo de envases a pesar de que contengan contaminantes.
Por ello, Foodwatch ha puesto en marcha una campaña para que la CE regule el tema, que obligue a la inclusión de barreras y que estas estén hechas de papel, material que impide la migración de los contaminantes hacia los alimentos. Podéis conocer más detalles de la campaña a través de este enlace.
Foto | Leslie Seaton