Kósher es la parte de los preceptos de la religión judía que determina lo que las personas que practican esta religión pueden o no consumir. Kosher significa puro o apto, es un término que procede del yidish (judío o hebreo), que se utiliza para designar los productos que han seguido fielmente los preceptos religiosos del judaísmo y, por tanto, se trata de alimentos puros que pueden ser consumidos por quienes procesan esta religión.
Según la Torá, libro que contiene la ley y el patrimonio de la identidad del pueblo israelita, la carne de animales como la liebre, el tejón, el camello o el cerdo, entre otros, no se pueden consumir porque no rumian y no tienen las pezuñas hendidas. Sin embargo, esto podría cambiar gracias a la carne de laboratorio o carne limpia segura y sostenible, como la definen algunas de las empresas que trabajan en su desarrollo, ya que podría facilitar que los judíos kosher consuman carne de cerdo.
Parece ser que la carne cultivada a partir de células procedentes del cerdo es un tema de debate por parte de varios rabinos que se preguntan si este tipo de carne sería permisible en el marco de la doctrina judía ortodoxa. Estos rabinos no obvian las nuevas tecnologías y tampoco su entusiasmo, aunque hasta el momento sólo se había centrado en la producción de carne limpia de vacuno y pollo. Yuval Cherlow, un rabino ortodoxo israelí que está a favor de la producción de carne de laboratorio, comenta que la carne de cerdo que se cultiva y produce en un laboratorio a partir de células, implica que no se daña al animal y las células pierden su identidad original, por lo que no se podría prohibir su consumo.
Además de este debate, existe otro en relación a si la carne de laboratorio en general se podría considerar kosher o no, y si finalmente las organizaciones rabínicas judías comienzan a certificar la carne cultivada, las implicaciones económicas para las empresas que trabajan en su producción sería muy beneficiosa, hay que tener en cuenta que el mercado kosher a nivel mundial mueve más de 24.000 millones de dólares, y sólo en Estados Unidos, más del 40% de los alimentos están etiquetados y certificados bajo los preceptos del cashrut (correcto o apropiado para ser consumido).
El debate sobre la carne de cultivo también se está produciendo en la comunidad musulmana, donde el consumo de la carne de cerdo está prohibido, su aceptación por la religión musulmana tendría beneficios significativos para esta industria creciente, hay que tener en cuenta que un 23% de la población mundial practica esta religión y el volumen de mercado de la certificación halal es cuantioso.
Los avances que se están realizando en la producción de alimentos están afectando a las tradiciones religiosas y los debates en torno a la aceptación de alimentos como la carne de cultivo se intensificará, sin embargo, el grueso de las comunidades religiosas se mantiene firme a sus tradiciones y, de momento, difícilmente aceptarán los productos cárnicos producidos a partir de células animales. En este artículo publicado en Quartz hablan de cómo los eruditos religiosos plantean las cuestiones y la preocupación que suscitan estos alimentos que, como sabemos, no tardarán en llegar a los mercados.
Para los líderes religiosos es necesario tocar el tema a fin de determinar si se podrá o no consumir la carne de cultivo en base a los preceptos religiosos, es un tema que seguiremos de cerca, porque como hemos comentado, su aceptación tendría implicaciones muy positivas para esta nueva y creciente industria, el hecho de poder consumir carne de cerdo seguramente provocaría que miles de personas la probaran sabiendo que no traicionarían lo establecido en las leyes religiosas.
Foto 1 | Stuart Webster