Hace un par de años, las empresas que trabajan en la investigación y desarrollo de nuevas proteínas como la denominada carne de laboratorio, carne de cultivo o carne in vitro, consideraron que la mejor descriptiva para su producto era “carne limpia”, las razones que argumentaron eran que se producía de una forma más respetuosa y sostenible con el medio ambiente, ya que se necesitan muchos menos recursos, que era una carne más segura y limpia porque está libre de restos de pesticidas, antibióticos u otras sustancias, etc.
Durante este tiempo, empresas como Supermeats han promocionado su producto como carne limpia, segura y sostenible, con el propósito de que se comprenda mejor el mensaje de que se puede disfrutar de un alimento mucho mejor y más saludable para las personas y para el planeta. Pues bien, ahora la carne de cultivo o de laboratorio cambia su nombre a ‘carne a base de células’, y la razón es que la descriptiva inicial tenía una implicación tácita, es decir, que la carne tradicional era “carne sucia”, a esto hay que sumar la confusión que ha generado lo que significa “carne limpia”, aunque cierto es que era una descriptiva más aceptada por el consumidor que otras como carne sintética, in vitro, de laboratorio, de cultivo, etc.
Este cambio llega en un momento en el que existe un debate abierto sobre las regulaciones, el nombre y el etiquetado de la carne de laboratorio, incluso se pidió recientemente a Donald Trump que mediara para establecer las regulaciones y que para ello trabajasen conjuntamente la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) y el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos). Un grupo de empresas que trabajan en el desarrollo y producción de carne a base de células sin tener que sacrificar animales, ha acordado formar una asociación comercial industrial y adoptar la mencionada descriptiva, eso sí, utilizando la palabra ‘carne’, algo en lo que no está de acuerdo la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos.
Las empresas se reunieron hace unos días y debatieron sobre los pros y contras de utilizar la descriptiva ‘carne limpia’, llegando a la conclusión de que era más factible cambiarla a ‘carne a base de células’. La razón es que las compañías cárnicas tradicionales pueden ser un gran aliado si éstas deciden trabajar con las empresas que producen carne de cultivo o de laboratorio, recordemos que los procesadores de carne ven la carne de cultivo como una gran oportunidad de negocio, de hecho, compañías como el Grupo PHW, Tyson Food o Cargill, han invertido en el negocio de la carne de cultivo, de ello hablábamos aquí.
Parece un paso lógico que los productores tradicionales terminen invirtiendo en este nuevo modelo de negocio, aunque también es presuponer mucho por parte de quienes se dedican a la producción de ‘carne a base de células’. Aseguran que pueden ayudar a los ganaderos a cambiar su modelo de negocio pasando de la ganadería industrial tradicional a la producción de carne de cultivo, habrá que ver como sientan a la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos estas declaraciones. Merece la pena recordar que hace unos meses, en el Estado de Missouri se aprobó un Proyecto de Ley en el que se determinaba que la carne de cultivo o vegetal no era carne, lo que repercutía en que las empresas que se dedican a la producción de la denominada ‘carne vegetal’ o de ‘laboratorio’ (ahora «a base de células»), no podrían utilizar este término en los productos que desarrollan por no proceder de la ganadería tradicional. Esto propició que las empresas que producen carne de cultivo y carne vegetal pusieran una demanda para impugnar dicha ley, lo que muestra el grado de enfrentamiento existente.
Lo cierto es que es necesario que exista un mensaje coherente y constante por parte de esta floreciente industria que todavía no ha abordado el mercado, es necesario que los consumidores comprendan y diferencien sin problemas, pero quedan varias cuestiones por solventar. El negocio de la carne producida a partir de células se abrirá paso y sus productos probablemente serán conocidos por la marca más que por su nombre o descriptiva común, así lo creen algunos expertos de la industria alimentaria. Ejemplos que se citan son Impossible Foods, empresa que no habla de hamburguesas vegetarianas, sino que promueve su marca, la Hamburguesa Imposible o Beyond Meat que promueve su Beyond Burger.
Según leemos aquí, si con el tiempo la carne producida a partir de células se convierte en un producto omnipresente, no existirán problemas para denominarla simplemente ‘carne’, ya que es eso lo que es, aunque no se haya producido de forma tradicional. Recordemos que en la actualidad, para algunas organizaciones la carne es carne, y no importa si se ha producido en una granja o en un laboratorio. Probablemente en las próximas semanas seguiremos hablando de este tema que cada vez genera más debate, sobre todo a medida que se acerca el día en el que se empezará a comercializar la ‘carne limpia, segura y sostenible’, tal y como se ha estado denominando hasta la fecha.