El año pasado podíamos saber que el algoritmo NutriScore se actualizaba para que fuera más eficaz a la hora de puntuar los productos alimenticios y en consonancia con las recomendaciones nutricionales. El cambio permitiría que se distinguiera entre productos lácteos endulzados y sin endulzar, que valoraría mejor los alimentos integrales y ricos en fibra, pasta, arroz, etc., que diferenciaría entre tipos de quesos o panes y que valoraría mejor los pescados grasos, entre otras cosas.
Pues bien, el cambio ya se ha hecho efectivo y la calificación de NutriScore es más fiable tras haber sido actualizado su algoritmo. A partir de ahora se penaliza con mayor dureza el exceso de azúcar, grasa y sal en alimentos y bebidas, a fin de acompañar las recomendaciones nutricionales de los países comunitarios, así lo ha comentado el comité de NutriScore formado por expertos de Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, España y Suiza.
Recordemos que la etiqueta NutrisCore es básicamente una codificación con cinco letras (A, B, C, D y E) y colores que van desde el rojo, que destaca el abuso de sal, grasas o azúcares, hasta el verde, color asociado a una calidad nutricional óptima. Por ejemplo, con la nueva modificación los cereales para el desayuno que suelen tener un contenido en azúcar relativamente alto, dejan de calificarse con la letra A y pasan a calificarse con la letra C o D.
Como ya explicamos en su momento, ahora otorga mejor puntuación a los aceites ricos en grasas saturadas, como el aceite de oliva, de colza, de nuez, etc., así como a aquellos productos que los contienen. Se calcula que hasta un 40% de los productos alimenticios del supermercado verán cambiada su clasificación, y es que muchos productos estaban bien calificados a pesar de, por ejemplo, contener un nivel de azúcar elevado, otros como el aceite de oliva, verán mejorada la clasificación pasando del C al B.
Los cambios se aplican en los siete países en los que se ha adoptado el etiquetado NutriScore, pero hay que señalar que los fabricantes tienen un periodo de dos años para comercializar los productos que han sido etiquetados antes de entrar en vigor la actualización.
Por cierto, según leemos aquí, Bélgica, aprovechando su presidencia de la UE ha organizado un simposio científico sobre el NutriScore para el próximo día 25 de abril, tiene el objetivo de realizar un “intercambio de experiencias” para estimular el debate entre partidarios y críticos de la introducción de este etiquetado a nivel comunitario.
Quizá la modificación del algoritmo contribuya a la posibilidad de introducir el etiquetado en la Unión Europea, ya que anteriormente se consideraba que discriminaba y jugaba en contra de alimentos que “aparentemente” son saludables y que tienen un alto contenido en grasas saturadas, como el pescado enlatado o el aceite de oliva, entre otros productos, algo que en teoría ahora no debe ocurrir.