Hoy conocemos un estudio desarrollado por el Global Change Research Program (GCRP) de Estados Unidos, programa que coordina y engloba la investigación sobre el cambio climático en Estados Unidos y a nivel mundial, en el que se señalan las consecuencias que el cambio climático va a tener en diferentes aspectos para la sociedad. El cometido de este programa es ayudar al país y al mundo en general a comprender, evaluar, predecir y buscar respuestas ante los cambios que se están produciendo en el clima por la actividad del ser humano.
Según la investigación, la calidad nutricional de los alimentos se reduce con el cambio climático, sea por el aumento de las temperaturas o por el aumento de las emisiones de CO2. Concretamente se ha analizado la relación entre el CO2 y su impacto en el valor nutricional de los alimentos, los expertos explican que el incremento de estas emisiones provocará que alimentos como las frutas, las verduras, la pasta, el pan, etc., sean menos nutritivos, reduciéndose los valores de zinc, calcio, magnesio y otros elementos muy importantes para la salud humana. Los niveles de proteína también se reducirán, en cambio el nivel de hidratos de carbono aumentará de forma significativa.
El efecto directo del aumento de CO2 en el valor nutricional de los cultivos es una amenaza potencial para la salud humana, y más si se habla de garantizar la seguridad alimentaria en las próximas décadas. En este estudio del GCRP es la primera vez que Estados Unidos reconoce que la relación entre los niveles de CO2, la reducción de nutrientes y el aumento de los carbohidratos es una realidad y una amenaza para todo el planeta. Recordemos que los escépticos del cambio climático mantienen que el aumento de CO2 será algo beneficioso para la agricultura, ya que contribuirá a incrementar el rendimiento de los cultivos.
El aumento del dióxido de carbono en la atmósfera provocará el incremento de las concentraciones de almidón y azúcar en los alimentos, reduciendo a su vez los valores proteicos. Estos alimentos pueden afectar de forma negativa al metabolismo humano y a su composición corporal, los expertos explican que es como si se rociara cada bocado con azúcar y almidón, comentan que se puede producir un efecto acumulativo en el organismo contribuyendo a incrementar la obesidad y otros problemas de salud, especialmente en aquellas personas que ya tienen carencias de algunos de los minerales antes detallados.
Los investigadores advierten que dado que la mayoría de los cultivos más importantes del mundo se van a ver afectados por el aumento de las temperaturas y los niveles de dióxido de carbono, los gobiernos, la industria alimentaria y otros organismos, deberían tomar nota y tomarse en serio el problema. Es necesario que trabajen en equipo para poder hacer frente a los retos inmediatos del cambio climático, ya que está en juego la seguridad alimentaria del futuro. Se habla de la importancia de la seguridad alimentaria, pero se han de tener en cuenta estos cambios que se producirán en la aportación nutricional de los alimentos.
Se podría decir que este estudio es complementario del informe del que hablábamos en el mes de diciembre, y que fue presentado por el USDA con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En este informe titulado ‘Cambio Climático, Seguridad Alimentaria Mundial y el Sistema de Alimentación de Estados Unidos’, se destacaba que el cambio climático es un grave problema para mantener el desarrollo de la seguridad alimentaria mundial. Los expertos revisaron diferentes escenarios climáticos con variaciones en las emisiones de gases de efecto invernadero, también se calculó el número de personas que estarían en riesgo de sufrir inseguridad alimentaria y desnutrición. Tras analizar los diferentes escenarios y el crecimiento poblacional, se llegó a la conclusión de que cuanto mayor es el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero, mayor es el grado de inseguridad alimentaria, algo que otros investigadores ya habían apuntado anteriormente.
En esta nueva investigación del Global Change Research Program, no sólo se habla de la reducción de nutrientes por el aumento de CO2, también se apuntan otras cuestiones, como el aumento de la exposición a contaminantes químicos a través de los alimentos, ya sean terrestres o marinos, en este último caso se asegura que los alimentos marinos acumularán una mayor cantidad de metilmercurio. Se advierte sobre el incremento de plagas y enfermedades en los cultivos, lo que obligará al uso de una mayor cantidad de plaguicidas y medicamentos, se limitará el acceso a los alimentos sanos y nutritivos, se frenarán drásticamente las importaciones y exportaciones al no cumplir los alimentos con las regulaciones adoptadas en cada país sobre la presencia de contaminantes y otros elementos tóxicos, etc.
Hay numerosos estudios sobre las consecuencias del cambio climático en el sistema alimentario mundial, se puede citar por ejemplo esta investigación del International Institute for Applied Systems Analysis, cuya finalidad era contestar a la pregunta ‘¿Cómo transformará el cambio climático la agricultura mundial?’. También se puede citar la investigación del Instituto Real de Asuntos Internacionales, en el que se destacaban los problemas y las posibles soluciones que se pueden adoptar para lograr mantener el calentamiento global por debajo de los 2º C, una de ellas era el cambio de dieta, reducir el consumo de carne para reducir una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe que podéis leer aquí pinta muy mal el futuro de la alimentación y la seguridad alimentaria en el mundo, por lo que se propone realizar nuevas investigaciones y muchos cambios para intentar reconducir la situación. Merece la pena dar un vistazo a la investigación para tener una idea sobre todo lo que provocará el aumento de las temperaturas y las emisiones de gases contaminantes en el sistema alimentario a nivel mundial.