La apicultura europea podría desaparecer en 10 años, así lo vaticina Apimondia (Federación Internacional de Asociaciones de Apicultura). Según esta organización internacional, la pérdida de la población de abejas es dramática, indican que sólo el año pasado, el 30% de las colmenas europeas sucumbieron víctimas de la agricultura industrial y sus prácticas, especialmente por el uso de pesticidas, insecticidas y demás productos químicos.
Aunque también se deberán añadir otras causas a la posible desaparición de la apicultura europea, el cámbio climático y las condiciones climatológicas adversas, parásitos como la garrapata Varroa o enfermedades como el síndrome de desabejamiento, enfermedad producida por el virus IAPV (Israelí Acute Parálisis Virus) que hace unos años logró acabar con el 50% de las colmenas estadounidenses.
El proceso es mucho más dramático que el hecho de perder un alimento de gran valor como puede ser la miel, podemos recordar por ejemplo el post Los alimentos y la polinización de los insectos. En este post conocíamos un estudio europeo que mostraba que el trabajo de los insectos polinizadores estaba cifrado en 153.000 millones de euros, cifra que equivalía a la décima parte del valor total de los alimentos agrícolas que se producen en nuestro planeta.
Hasta un 70% de los cultivos dependen directamente de la acción polinizadora de las abejas y demás insectos polinizadores según el mencionado estudio, y según la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultura la cifra rondaría un 35%, en cualquier caso son cifras dramáticas. La desaparición de las abejas traería consigo una reducción de la producción de frutas y verduras con las correspondientes consecuencias socioeconómicas.
Se reduce la producción de miel en los países europeos y parece que cada año la cifra de destrucción se incrementa notablemente. En el año 2007, Hungría, productor entonces del 15% de la miel que se consume en la Unión Europea, perdía hasta el 25% de la población de abejas. Las cifras del año pasado según Apimondia son significativamente superiores, y de seguir así, incluso el vaticinio de 10 años podrá recortarse a mucho menos. Evidentemente las abejas centran la atención por ser productoras de miel, pero sería interesante conocer si la muerte de insectos afecta también a otras especies que no tienen ningún valor comercial pero que igualmente cumplen la función de polinizar lo que serán los alimentos que consumiremos.
Los apicultores responsabilizan sobre todo a los sistemas de cultivo industriales, a los potentes pesticidas que se utilizan y a la garrapata Varroa, un tipo de ácaro que ataca y parasita a las abejas acabando al final con ellas. El caso es que la reducción de la población de abejas no parece captar la suficiente atención para que se dediquen mayores esfuerzos a intentar encontrar una solución, según Apimondia, la mano de la industria de los pesticidas logra acallar en cierto modo el problema.
Al final va a ser cierto y lo mejor será desarrollar la producción de miel en las ciudades tal y como se realiza desde hace algunos años en países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos, las abejas son más productivas y además están mucho más protegidas. La miel terminará siendo un alimento escaso, pero como hemos dicho antes, esto sólo será una de las muchas consecuencias.