Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford pretende descubrir si la alimentación podría mejorar la conducta humana y lograr reducir los actuales índices de criminalidad del Reino Unido. No hablamos de llenar la barriga para sentirse bien, sino de utilizar determinados nutrientes presentes en algunos alimentos para modificar la conducta. La investigación se centra especialmente en los ácidos grasos omega-3 que pueden proporcionar alimentos como el pescado.
Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de ácidos grasos esenciales, es decir, nuestro organismo no puede producirlos y sólo podemos recibirlos a través de la alimentación. Son muchas las bondades que proporcionan este tipo de ácidos grasos esenciales, benéficos para el corazón, presentan características antiinflamatorias y anticoagulantes, reducen los niveles de colesterol, etc.
Según leemos en Wikipedia, algunos estudios han sugerido que los ácidos grasos omega-3 producen unos efectos beneficiosos en el cerebro y que tomado en grandes cantidades podría reducir los efectos de la depresión y aumentar el rendimiento intelectual.
Los investigadores trabajan con más de un millar de jóvenes que se encuentran en tres reformatorios del Reino Unido y de Escocia cumpliendo condena por distintos delitos, para descubrir si realmente la alimentación mejora la conducta humana, para los expertos pocas dudas caben, creen que sí existe tal mejora. Los jóvenes respondieron a un cuestionario en el que debían indicar si el pescado había sido un alimento habitual en la dieta, generalmente la respuesta era ‘no’. Los principales alimentos eran mayoritariamente los productos fast food y en una reducida proporción un poco de fruta y verdura.
Todavía no conocemos los resultados de la investigación dado que queda un largo camino de dos años para obtener los primeros. Pero uno de los principales responsables de la investigación, el neurocientífico de la Universidad de Oxford John Stein, cree en los beneficios positivos del ácido graso omega-3 en la conducta humana y que es posible mejorar la actual conducta antisocial que presentan estos jóvenes. Para ello se respalda en la relación que existe entre este tipo de ácidos y lo que anteriormente hemos indicado, los efectos beneficiosos que producen en el cerebro.
A ver si al final la reinserción social de los presos pasará forzosamente por realizar una dieta rica en pescado… En el estudio se han formado dos grupos, uno al que le proporcionan cuatro comprimidos al día con valores extra de ácidos grasos omega-3 junto a las comidas. El segundo grupo tomará un placebo como medida de control. Los primeros resultados se mostrarán en unos meses y se obtendrán de los registros disciplinarios de cada grupo de participantes, es decir, se analizará el nivel de conflictividad que han mostrado.
John Stein cuenta además con el apoyo de otros investigadores, como la española Carmen Campoy Folgoso, profesora del Departamento de Pediatría de la Universidad de Granada. La experta coordina el programa NUTRIMENTHE, concebido para realizar un seguimiento durante 5 años a 120.000 niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, el objetivo es determinar cómo influye la nutrición en el desarrollo y en la salud mental durante los primeros años de vida.
En esta investigación también se pretende demostrar que determinados nutrientes condicionan el desarrollo cerebral de los niños y por tanto pueden intervenir en la conducta. Como respaldo, esta investigadora indica que ya se ha demostrado que la alimentación de la madre durante el embarazo guarda relación con la conducta infantil en un futuro. Precisamente en estos resultados los ácidos grados poliinsaturados omega-3 jugaban un papel muy importante, ya que las madres que recibieron menos cantidad de este nutriente tuvieron hijos con más problemas de conducta que los hijos de las madres con una dieta rica en este tipo de ácidos grasos.
¿Será entonces la alimentación responsable del aumento del índice de criminalidad y de las conductas antisociales?, posiblemente influya, pero quizá influya más un cúmulo de situaciones, en cuanto a la alimentación, ¿no afectarán también determinadas sustancias químicas de los alimentos y de sus envases en la conducta de la sociedad?
Vía | BBC