El kétchup es una salsa que actualmente se encuentra en todo el mundo, pero vamos en busca de su origen y quizá os sorprenda, la historia del kétchup se inicia en China a raíz de una salsa llamada ketsiap, una salsa picante que se servía para acompañar el pescado o la carne (en la isla Amoy) o koechiap, que según la RAE significa salsa de pescado en escabeche. Como curiosidad, decir que el ketsiap no llevaba tomate entre sus ingredientes.
El kétchup comercial que todos conocemos fue idea de Herny J. Heinz y el primero que comercializó fue en 1876, cuando se le ocurrió añadir tomate a la salsa ketsiap. Otro detalle interesante es que los envases de plástico reciclable para el kétchup se introdujeron en el mercado en 1990, también por Heinz.
El kétchup no es más que una salsa a base de tomate concentrado con vinagre, azúcar, especias y sal, y se ha convertido en la salsa abanderada de Norteamérica. En España, la salsa de tomate frito es su equivalente y con estas dos salsas ya vemos los principios de la dieta de cada país, vamos a hablar de sus valores nutricionales, kétchup vs salsa de tomate.
En Wikipedia nos dicen que la principal diferencia entre el kétchup y la salsa de tomate es que esta última contiene aceite y el kétchup no, así que la salsa de tomate tiene más grasas, si son “buenas o malas” dependerá del fabricante.
El kétchup contiene más aditivos que la salsa de tomate y un contenido en azúcares superior, entre un 3 y un 10% el primero y entre un 0,2 y un 2% la segunda. También contiene más sal y más calorías, aunque al ser elaborado a base de concentrado, el kétchup contiene algo más de tomate que la salsa de tomate.
Pero ahora tomamos un envase de salsa de tomate y un envase de kétchup, ambos de marcas de precio medio. La tabla nutricional del kétchup nos indica que cada 100 gramos de producto proporciona 73 kcal, 15,9 gramos de azúcares de los 16,2 gramos de hidratos de carbono, 1,6 gramos de proteínas, 0,13 gramos de grasas de las cuales 0,06 gramos son saturadas y el contenido en sodio es de 1,8 gramos. El contenido de tomate por cada 100 gramos de kétchup es de 159 gramos.
La salsa de tomate frito nos da menos información, curiosamente es de Heinz. Esta salsa contiene 160 gramos de tomate por cada 100 gramos de tomate frito, proporciona 79,9 kcal, 9,7 gramos de hidratos de carbono (no indica los azúcares) y 3,9 gramos de grasas (tampoco reconoce las saturadas). Esto puede ser debido a que el sofrito de cebolla y ajo de la salsa se ha realizado con aceite vegetal, a saber cuál.
Vamos más allá y revisamos los valores nutricionales de un envase de tomate natural triturado, también es de Heinz. Sus ingredientes son 99,5% tomate, sal y ácido cítrico. Proporciona 15,9 kcal, 2,75 gramos de hidratos de carbono, 0,90 gramos de proteínas y 0,15 gramos de grasas.
La primera conclusión que podemos extraer es que la diferencia entre el kétchup y el tomate frito de elaboración industrial no es tan grande, y que lo mejor que podemos hacer es elaborar nuestras salsas en casa para que sean productos naturales y mucho más saludables. Como última instancia y debido a que el tiempo es oro en esta sociedad, podríamos ahorrarnos el tiempo de pelar los tomates y triturarlos para hacer una salsa si adquirimos una lata de tomate natural, aunque desde luego, el sabor nunca será como el que proporcionan unos buenos tomates frescos. ¿Opinas lo mismo?
Todos sabemos hacer salsa de tomate frito, aún así podríamos compartir nuestra receta para tener variantes, el kétchup no es tan habitual hacerlo en casa y no os imagináis la de posibilidades que da en cuanto a la aplicación de especias. Cada cocina tiene sus variantes así que también será interesante hacer un recopilatorio de recetas de kétchup rico y sano.
El nuestro lo compartiremos en breve, ¿cómo lo haces tú?