Retomando el tema de los recipientes para medir ingredientes, tanto las tazas medidoras como las cucharas son bastante similares, pueden variar en forma pero el tamaño podría decirse que es estándar a los clásicos recipientes diseñados para las recetas americanas, las que en mayor medida utilizan el volumen como sistema de medida. La variedad en la oferta del mercado es mayor si hablamos de vasos o jarras medidoras.
Y lo peor no es que haya demasiados tamaños y formas de jarras medidoras, el problema es cuando se marca casi en cualquier recipiente el sistema de medición para líquidos, en muchos casos con poco rigor, aunque hay que decir que esto sucede sobre todo con los fabricantes que no están especializados en utensilios de cocina. También hay que tener en cuenta la confianza del consumidor, que igual compra dos paquetes de pasta de trigo que va en un pack en el que te regalan un vaso medidor, y confían en su funcionalidad.
Desde luego que en el mercado disponemos de jarras medidoras que son precisas y muy prácticas, si queremos medir nuestros ingredientes líquidos por nuestro sistema métrico de capacidad, podemos optar por vasos o jarras medidoras, pero ¿cómo elegirlas para que sean realmente funcionales y precisas?, pues no es lo mismo tener que medir 50 ml. que 500 ml. ni tener un recipiente de medición muy ancho o muy alto.
Aclaramos, cuando una jarra es demasiado ancha, las unidades de medida que están marcadas sobre una línea longitudinal están muy juntas, es decir, hay poco espacio entre las rayitas de la graduación, por lo que al verter el líquido puede resultar complicado ver en qué nivel exacto está el contenido.
Por el contrario, un vaso o jarra de base estrecha y mayor altura tendrá las líneas de medida o marcas de graduación más separadas, verter el líquido hasta la medida deseada será más fácil, teniendo también en cuenta que el recipiente sea lo más transparente posible.
Si os gusta utilizar este sistema para medir los líquidos, será interesante comprobar que las marcas están bien hechas y además, disponer de distintos tamaños, al menos de dos o tres vasos y jarras medidoras, para poder medir pequeñas y grandes cantidades. Y si no, haced como nosotros, apostar por la medida de peso.