El Departamento de Salud de Canadá propuso en el año 2002 que se llevara a cabo la irradiación de la carne cruda picada con el propósito de evitar la propagación de los microorganismos patógenos transmitidos a través de los alimentos. Esta técnica se basa en la aplicación de radiaciones ionizantes con rayos ultravioleta X o gamma durante un tiempo determinado para eliminar todo tipo de bacterias, como por ejemplo la salmonella o la Escherichia coli O157: H7, una de las bacterias asociadas a las infecciones alimentarias en seres humanos.
La propuesta se dejó aparcada, ya que no tuvo buena acogida por las partes interesadas, a esto hay que sumar que existía un escepticismo general sobre la seguridad de la irradiación. En el año 2012 en el país se tuvieron que retirar más de 3’5 millones de kilos de carne de vacuno de la compañía canadiense XL Foods Inc. como medida de precaución por un brote de Escherichia coli O157: H7, que afectó a 18 habitantes del país por el consumo de carne de esta compañía. Esto parece que favoreció poner sobre la mesa de nuevo el plan para llevar a cabo la irradiación en la carne de vacuno de Canadá.
Parece que la percepción de los consumidores del país sobre la irradiación en los alimentos ha cambiado, el Departamento de Salud ha realizado encuestas para saber si los consumidores aceptarían este tipo de alimentos sometidos a la irradiación y las respuestas mayoritariamente han sido favorables. Muchos grupos industriales han defendido esta práctica y consideran que ahora es el momento oportuno para introducirla para mejorar la seguridad alimentaria, algunos incluso consideran que se deberían irradiar otros muchos alimentos. Por ello, el Departamento de Salud tiene previsto proponer una serie de enmiendas en la legislación de alimentos y medicamentos para que se permita el uso de la irradiación en la carne de vacuno picada.
La irradiación o pasteurización fría se realiza al final de la cadena de producción, cuando los alimentos están prácticamente listos para enviar a los centros de distribución, se asegura que con este procedimiento se logra garantizar la eliminación del 99’99% de los microorganismos patógenos, destruyendo su ADN celular y sin que sufran alteraciones las cualidades de los alimentos.
Pero quienes están en contra de esta técnica advierten que la irradiación produce toxinas como el benceno, reduce el valor nutricional de los alimentos e incluso cambia el sabor de la carne, algo en lo que no están de acuerdo quienes avalan la irradiación. Además se considera que es preferible que la industria alimentaria mejore las pautas higiénicas, ya que esta técnica provocaría que se relajasen, tanto las pautas higiénicas como los controles de seguridad, ante la “milagrosa” técnica de la irradiación, por lo que las empresas reducirían aún más los costes de producción.
Se proporcionan otros argumentos para rechazar esta técnica, algunos opositores aseguran que la industria quiere irradiar la carne para poder seguir con su sistema de producción, es decir, la producción de un gran número de animales en espacios pequeños y cerrados y en condiciones poco salubres que los exponen a un mayor riesgo de sufrir enfermedades y otro tipo de problemas. Para la industria de la carne es una buena opción, ya que además de reducir el riesgo de transmisión de las enfermedades alimentarias, se logra ampliar la vida útil de los alimentos, pero a costa de la relajación de las normas y las pautas higiénicas.
El caso es que las regulaciones propuestas se darán a conocer a lo largo del mes de junio, según leemos aquí, se abrirá un periodo de consulta pública de 75 días y posteriormente es posible que se proceda a la aprobación de la irradiación de la carne canadiense. En el caso de que se acepte el uso de esta técnica, la carne picada, sea fresca o congelada, deberá portar la correspondiente etiqueta que identifica que ha sido sometida a la irradiación.
Hay que decir que el Departamento de Salud de Canadá explica que la irradiación no exime a las empresas de seguir escrupulosamente las normas sanitarias, si éstas no se llevan a cabo y los alimentos no cumplen los criterios sanitarios estipulados, no se irradiarán. Si se aprueba la irradiación de la carne fresca picada, este producto se unirá a otros que ya cuentan con la aprobación para ser irradiados, como el trigo, la harina, las patatas, los condimentos deshidratados, etc.
Esto nos hace pensar en la posibilidad de que la carne picada canadiense irradiada pueda llegar a Europa, la razón es el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA) entre Europa y Canadá. Se trata de un tratado de libre comercio que tras 10 años de negociaciones fue firmado en el año 2014, dicho acuerdo debe ser ahora aprobado por el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo y entrará previsiblemente en vigor este año. Este tratado como ocurre con el TTIP (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos), puede tener consecuencias negativas para la salud y el medio ambiente, ya que como en el caso del TTIP, la normativa canadiense es mucho menos estricta que la europea.
La organización de consumidores Foodwatch prepara una acción para intentar frenar este tratado, ya que tendría consecuencias similares a las del TTIP, de hecho, CETA se considera el hermano pequeño del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. De las implicaciones que tiene el Acuerdo integral de Economía y Comercio entre Canadá y la Unión Europea hablaremos posteriormente. Decíamos que quizá es posible que los alimentos irradiados de Canadá accedieran al mercado comunitario, recordemos que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) respalda la irradiación de los alimentos y asegura que no existe ningún riesgo en su uso, por otro lado, es necesario conocer los puntos del tratado CETA con más detalle para saber si se trata este tema, pero como ya hemos comentado, de este acuerdo hablaremos próximamente.
Foto 1 | USDAgov
Foto 2 | Ernesto Andrade