Aún quedan varios meses hasta que podamos conocer el resultado de las investigaciones que lleva a cabo la ECHA (Agencia Europea de Sustancias Químicas) sobre la seguridad del glifosato, uno de los herbicidas más utilizados en el mundo y que en los últimos años se ha relacionado con los alimentos que han sido modificados genéticamente para soportar la acción de este producto fitosanitario.
Como sabemos, la CE aprobó su uso de forma unilateral por un periodo de 18 meses, a la espera de los resultados del mencionado estudio de la ECHA. Esto sucedió porque los países comunitarios no llegaron a un acuerdo sobre la ampliación del permiso de uso del glifosato. Es bastante probable que este organismo emita un veredicto a favor de la renovación del permiso de uso del glifosato en suelo comunitario, por ello, desde finales del año pasado está activa una campaña con el propósito de recoger un millón de firmas a fin de poner en marcha una Iniciativa Ciudadana Europea para pedir la prohibición del uso del glifosato en la UE.
La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) es un mecanismo por el cual los ciudadanos europeos pueden presentar iniciativas para legislar sobre determinados temas, influyendo así en sus políticas. Esta es la definición, aunque lo de influir en la política comunitaria es cuestionable, y más cuando en determinados temas aparecen como principales interesados las empresas y los políticos. Se supone que esta Iniciativa Ciudadana Europea, tiene el propósito de apelar a la Comisión Europea para que proponga a los países comunitarios la prohibición del glifosato, precisamente al órgano ejecutivo y legislativo de la Unión Europea que considera necesaria la aprobación de la ampliación del permiso de uso del herbicida.
Esta iniciativa por la que se presenta una petición legislativa de carácter formal a la UE, debe contar con, al menos, un millón de firmas que la respalden y que procedan de un mínimo de siete Estados miembros de la Unión Europea. La iniciativa se denomina “Stop Glyphosate” y las firmas se han de recoger a lo largo del presente año, una vez que se logre el objetivo, la Comisión Europea tendrá que responder a esta ICE. Además de la prohibición del glifosato, se solicita la reforma del procedimiento para la aprobación de pesticidas, así como el establecimiento de un plan para la reducción del empleo de estas sustancias en toda la UE.
Aunque Greenpeace comenta que cada vez hay más investigaciones científicas cuyos resultados ponen de manifiesto los peligros que encierra el glifosato, la realidad es que los organismos competentes como la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), u organismos como el JMPR (Joint Meeting on Pesticide Residues) dependiente de la OMS y la FAO, consideran que el herbicida no es peligroso y que es poco probable que pueda provocar cáncer. A esto sumamos que otras organizaciones, empresas y organismos están a favor del glifosato, incluso el Parlamento Europeo manifestó en su momento estar a favor de la renovación del permiso de uso del herbicida, aunque con condiciones, de ello hablábamos aquí.
A esto le sumamos que ayer se aprobó el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA) entre la Unión Europea y Canadá, tratado que armoniza una serie de normas que podrían provocar un cambio de las reglas sobre los niveles de los residuos presentes en los alimentos, dar ventajas comerciales a las grandes compañías y quizá el acuerdo sea determinante para la renovación del permiso de uso del herbicida. Recordemos, por ejemplo, que hablando de los pesticidas neonicotinoides, la UE prohibió algunos productos químicos que los contienen después de que la EFSA emitiera un dictamen en el que se concluía que afectaban de forma negativa a las colonias de polinizadores. En cambio, en Canadá el tema se sigue estudiando y los productos que contienen neonicotinoides siguen comercializándose libremente. Dada la armonización de las normas, veremos cómo afecta el tratado a la regulación de los pesticidas y de otras sustancias fitosanitarias.
Aunque el panorama pinta mal para que la Iniciativa Ciudadana Europea pueda provocar cambios, quienes están en contra del uso del herbicida y no quieren que se utilice en Europa, deben saber que esta iniciativa es el mecanismo legal que se debe utilizar. Por otro lado, quizá las cosas cambien, decimos esto porque recientemente la Comisión Europea comunicó la necesidad de que los Estados miembros tomen partido y se posicionen claramente en las regulaciones, evitando abstenerse (como han hecho varios Estados hasta la fecha) y provocando situaciones como la ocurrida con el glifosato. De este modo también se acabaría con las decisiones que toma la CE ante la falta de mayoría en las votaciones (sea a favor o en contra). Sorprende esta petición de la CE, quizá este órgano está seguro de que los proyectos que avala saldrán adelante.
Con este mensaje: “¿Quieres seguir expuesto a este peligroso herbicida? ¿Quieres que tus hijos e hijas se vean afectados por miles de plaguicidas químicos peligrosos? ¿Quieres que sigan contaminando nuestra comida, nuestras aguas y afectando la tan preciada y necesaria biodiversidad?”, Greenpeace pide la firma de este documento a todas aquellas personas que contestan con un ‘no’ a las preguntas formuladas.
Si esta acción no prospera, posiblemente iniciativas como el certificado “Sin Glifosato” adquieran mayor interés e importancia, siendo una herramienta para que los consumidores puedan adquirir productos libres de trazas de glifosato.
Foto | JeepersMedia