La seguridad alimentaria es un tema esencial para proteger la salud pública, especialmente en lo referente a la transmisión de enfermedades zoonóticas, es decir, las que pasan de los animales a los seres humanos. En este sentido, hoy leemos el Informe One Health sobre Zoonosis 2023 realizado por la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades), en el que se destaca que los alimentos pueden ser un vehículo clave en la propagación de estas enfermedades.
El informe sobre seguridad alimentaria y riesgo de zoonosis se basa en los datos facilitados por los 27 países de la Unión Europea y algunos estados adicionales, en él se destaca la importancia de seguir una acción conjunta y coordinada para combatir las zoonosis y garantizar la inocuidad de los alimentos, ya que según los datos, Europa registró el año pasado un aumento de los casos de personas que enfermaron por los principales microorganismos patógenos que son transmitidos por los alimentos.
Principales agentes zoonóticos en la cadena alimentaria
El informe identifica que bacterias como la Campylobacter y la Salmonella son los agentes zoonóticos más comunes que se asocian a los alimentos. En el año 2023 la campilobacteriosis, una de las principales causas de enfermedades gastrointestinales transmitidas por alimentos en el mundo, fue la enfermedad zoonótica con más registros, con más de 127.000 casos confirmados, mientras que la salmonelosis ocupó el segundo lugar con más de 81.000 casos. Ambas bacterias están relacionadas principalmente con productos de origen animal, como la carne de ave y los huevos, que si no son manipulados y cocinados correctamente, pueden convertirse en un riesgo significativo para la salud humana.
Uno de los datos clave del mencionado informe es que alude a la Salmonella Enteritidis, una de las cepas más peligrosas de Salmonella, como responsable de la mayoría de los brotes de toxiinfecciones alimentarias en la Unión Europea, especialmente a través de los huevos y productos derivados como las salsas, las claras líquidas, etc. Se apunta también que la Listeria monocytogenes, aunque es menos frecuente, sigue siendo una de las bacterias más preocupantes debido a su alta tasa de hospitalización y mortalidad, así como a su capacidad de sobrevivir a bajas temperaturas y condiciones extremas en el almacenamiento de los alimentos.
Garantizar la seguridad alimentaria implica controlar los riesgos en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción en las granjas, pasando por el procesamiento, el transporte, el almacenamiento, el punto de venta y la mesa del consumidor. El informe destaca que a pesar de los avances realizados en materia de seguridad alimentaria en Europa, como por ejemplo los programas de control de Salmonella en aves, existen varios desafíos que se deben abordar y son los siguientes:
*Contaminación cruzada, donde las bacterias zoonóticas pueden transmitirse de alimentos crudos a cocidos o listos para su consumo si no se manipulan correctamente en la cocina.
*Resistencia a los antibióticos, debido al uso excesivo de antibióticos en la producción animal con fines no terapéuticos, ha generado cepas de bacterias resistentes como la E. coli, lo que dificulta poder tratarla cuando infecta a los seres humanos.
*Higiene deficiente en la producción, cuando las condiciones inadecuadas en los mataderos, las procesadoras o las granjas contribuyen a la propagación de bacterias patógenas, algo que se agrava cuando son bacterias resistentes a los antibióticos.
Según el informe The European Union One Health 2023 Zoonoses report, un aspecto importante para combatir las zoonosis transmitidas por los alimentos es la educación del consumidor. Aunque las autoridades se encargan de regular los estándares de seguridad, gran parte de la prevención recae en las prácticas de los consumidores en el hogar, algo de lo que hemos hablado en varias ocasiones. Acciones como cocinar correctamente la carne, evitar la contaminación cruzada en la cocina, refrigerar los alimentos perecederos a temperaturas seguras o lavar frutas y verduras, son medidas básicas que pueden marcar una gran diferencia reduciendo significativamente el riesgo de sufrir una infección.
El documento subraya que el conocimiento público sobre la manipulación segura de los alimentos es insuficiente en muchas áreas, por ejemplo, muchas infecciones por Campylobacter y Salmonella podrían prevenirse simplemente garantizando que las carnes y especialmente la carne de pollo, se cocine completamente a fin de eliminar cualquier riesgo de bacterias patógenas vivas.
Según los responsables del informe, la lucha contra las zoonosis en la cadena alimentaria necesita de la innovación y la colaboración. Los avances en tecnologías de detección como el análisis genético para detectar brotes de infecciones alimentarias, ha permitido una respuesta más rápida y efectiva por parte de las autoridades competentes. De manera similar, enfoques como One Health, que consideran la salud humana, animal y ambiental de forma conjunta, han demostrado ser fundamentales para abordar estos problemas de manera completa.
La digitalización y la inteligencia artificial también están jugando un papel creciente e importante en la vigilancia alimentaria, estas tecnologías permiten monitorear de forma más eficiente la producción y el transporte de los alimentos, detectando posibles riesgos antes de que puedan llegar a los consumidores.
Seguridad alimentaria y riesgo de zoonosis
El informe de la EFSA y el ECDC muestra que aunque se han logrado avances significativos en la reducción de algunos agentes zoonóticos como la Salmonella, aún queda mucho por hacer. Las zoonosis transmitidas por los alimentos no sólo afectan a la salud pública, además generan un impacto económico significativo debido a los costes asociados al tratamiento de las enfermedades, las investigaciones de los brotes y la retirada de los productos contaminados.
Para garantizar un suministro más seguro de alimentos, es necesario una estrategia coordinada que combine regulaciones estrictas, investigación científica, educación del consumidor y prácticas de producción sostenibles. Por supuesto, también es necesaria la implementación de políticas que limiten el uso de antibióticos en los animales, y fomenten mejores condiciones de higiene en toda la cadena alimentaria como clave para minimizar los riesgos futuros.
En definitiva, la seguridad alimentaria es un pilar esencial para prevenir las enfermedades zoonóticas, y proteger a los consumidores requiere de un esfuerzo colectivo y continuo en toda la cadena alimentaria, desde el campo hasta la mesa. Los avances tecnológicos y el enfoque coordinado de One Health ofrecen una esperanza sólida para hacer frente a los retos actuales y futuros, asegurando que los alimentos sean una fuente de salud y no de enfermedad.
Os recomendamos leer el informe para tener una visión clara sobre los datos de la incidencia de las diferentes enfermedades de transmisión alimentaria, su impacto, las medidas que se están adoptando, etc.
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