Global Nutrition Report es una organización cuyo cometido es ofrecer información fiable sobre el progreso que se realiza en el mundo para abordar las brechas existentes en el marco de la responsabilidad nutricional. A ella pertenecen expertos de distintas agencias oficiales, organizaciones independientes, etc., que se encargan de supervisar la calidad e independencia de un informe que se presenta anualmente, señalando los cambios que son necesarios adoptar en lo referente a la nutrición.
Pues bien, esta organización ha presentado el Informe Global de Nutrición 2020, un documento de 168 páginas en el que se insta especialmente a las empresas alimentarias a llevar a cabo una serie de cambios que les permitirán convertirse en parte de la solución ante el problema de la desnutrición en todas sus formas. Según este estudio, uno de cada nueve habitantes del planeta sufre el hambre o está desnutrido, por otro lado, uno de cada tres tiene sobrepeso u obesidad.
Las dietas pobres no son sólo el resultado de una elección personal a la hora de elegir los alimentos, en ello también interviene la composición, algo de lo que se encarga la industria alimentaria. Por ello, se insta a que esta industria adopte las regulaciones oportunas, reformulen sus productos para hacerlos más saludables, que utilicen materias primas de calidad, que ofrezcan información veraz y transparente a través del etiquetado, mostrando todos los ingredientes que contienen los productos que elaboran.
Sobre la composición de los alimentos, el documento apunta que los sistemas agrícolas actuales (refiriéndose a los industriales) se centran en la producción de productos básicos como el trigo, el arroz o el maíz, entre otros, hay que recordar que el cultivo de arroz, aceite de palma, cacahuetes, maíz, remolacha azucarera, mijo, trigo, tubérculos y raíces, girasol, caña de azúcar, soja, sorgo y colza, representan el 72% de las cosechas a nivel mundial. Los expertos comentan que es necesario que se produzca una amplia gama de alimentos saludables, que se diversifique más en frutas, legumbres y verduras, y podríamos añadir otros cultivos que se han descartado por no ser lo suficientemente rentables para las empresas, aunque tienen magníficas propiedades nutricionales y otras características deseadas.
Lo cierto es que desde hace algunos años, se ha invitado a recuperar los denominados cultivos olvidados, ya que es el mejor modo de diversificar la producción alimentaria y mejorar la seguridad alimentaria. Como explicábamos en su momento, muchas de las especies vegetales que ahora no se producen se cultivaban hace un siglo, ahora son cultivos “marginados e infrautilizados”. Dependemos de unos pocos cultivos, a pesar de que existen unas 30.000 especies de plantas comestibles, sólo se utilizan un centenar aproximadamente, esto juega en contra de la nutrición de calidad y la mejora de la seguridad alimentaria.
Se denuncia que los alimentos ultraprocesados tienen mayor disponibilidad, son más baratos y se comercializan de forma intensiva, de hecho, el 70% de los productos alimenticios que podemos encontrar en un supermercado pertenecen a esta categoría, así se concluía en un estudio elaborado por Foodwatch Holanda. Por el contrario, los alimentos frescos y perecederos tienen una menor disponibilidad, son menos accesibles y más caros en comparación con los alimentos que produce la industria agroalimentaria, precisamente los alimentos que pueden mejorar significativamente la dieta y, en consecuencia, la salud.
Pero, para que se puedan llevar a cabo los cambios propuestos, es necesario poner en marcha políticas y planes que permitan alcanzar los resultados nutricionales deseados. El grupo de expertos propone aumentar la inversión en productos alimenticios saludables, apoyar a las cadenas de suministros locales y de proximidad, a fin de poder contar con un suministro alimentario fresco, saludable y más diversificado, introducir gravámenes en bebidas y productos alimenticios considerados poco saludables, limitar la publicidad de la comida rápida, etc. Algunas de estas acciones ya se han puesto en marcha, pero se pueden considerar testimoniales.
Según el panel de expertos responsable del informe, si no se toman medidas, los problemas asociados a la mala alimentación se agravarán, afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables y haciendo que sean más susceptibles de padecer diferentes problemas de salud. El documento concluye recordando que una buena nutrición es una estrategia efectiva que puede proteger a la población de enfermedades y epidemias, por lo que se alivia la carga en el sistema sanitario, se reduce el gasto médico y, lo más importante, se salvan vidas.
Lo cierto es que es bastante complicado que se lleve a cabo la transformación solicitada, hay que tener en cuenta que existen muchos intereses económicos, que la industria agroalimentaria influye en varios gobiernos, etc. A través de este enlace (Pdf) podréis leer el informe, pero también os recomendamos acceder a la página web de Global Nutrition Report y leer el resumen y otros artículos relacionados.