Un estudio realizado por los investigadores de la Escuela Pública de Salud Johns Hopkins Bloomberg (Estados Unidos), concluye que la mayoría de personas ignoran los mensajes sobre las calorías que aparecen en las etiquetas de alimentos y bebidas, por lo que hay que enfocar de otro modo los mensajes sobre el aporte energético para que las personas comprendan mejor qué representa físicamente la cantidad de calorías que van a consumir.
La propuesta es ofrecer información con mensajes de ejercicios físicos para quemar las calorías de los refrescos, es decir, para quemar las calorías que tiene una Coca Cola hay que correr 6’5 kilómetros o caminar durante 42 minutos, estas referencias nada tienen que ver con las proporcionadas en la campaña publicitaria de Coca Cola (que fue retirada por considerarse fraudulenta) sobre cómo quemar las 140 calorías que tiene una Coca Cola. Según los expertos, es mucho más fácil de entender la asociación entre calorías y ejercicio necesario para quemarlas, para que se tomen decisiones más coherentes y saludables a la hora de consumir alimentos y bebidas.
La información con el contenido calórico de un producto no funciona aunque se refuerce con mensajes que indiquen, por ejemplo, que representa la décima parte del consumo diario, es más efectivo un mensaje en el que se proporcione una equivalencia en ejercicio físico para quemarlas. Los investigadores explican que este tipo de mensajes se deberían incluir también en los alimentos que ofrecen los restaurantes de comida rápida. Si te comes una hamburguesa doble con queso deberás caminar unos 9 kilómetros, si por el contrario comes una hamburguesa mini, la caminata para quemar el contenido calórico será de unos 2’6 kilómetros.
Los expertos de esta investigación trabajaron durante seis semanas en colaboración con seis tiendas de barrio de Baltimore, en algunos productos como refrescos, bebidas energéticas, zumos de fruta industriales, etc., se incluyeron mensajes explicando que para quemar 250 calorías sería necesario correr o caminar varios kilómetros. Los investigadores analizaron 3.098 compras realizadas por adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, también realizaron entrevistas a un 25% de quienes adquirieron las bebidas al salir de la tienda. Los resultados muestran que un 35% de los encuestados leyeron y entendieron el mensaje, un 59% manifestaron que creían en lo que se decía en el mensaje, un 40% afirmó que cambiaron su comportamiento de compra a partir de la información.
Antes de dar información sobre el ejercicio necesario para quemar las calorías aportadas por las bebidas se constató que el 98% de las compras correspondían a bebidas azucaradas, éstas se redujeron cuando se incluyó información sobre la actividad física. Parece ser que estos mensajes tuvieron especial calado entre los jóvenes, una vez leído el mensaje, en algunos casos la decisión de compra cambiaba, por ejemplo, la venta de agua durante el periodo de investigación se incrementó del 1 al 4%. En general, la media del número de calorías de bebidas azucaradas adquiridas pasó de 203 antes de la información facilitada, a 179 calorías, se incrementó la venta de formatos más pequeños de este tipo de bebidas y también aumentó el número de jóvenes que optaron por no comprar un refresco durante el periodo del estudio.
Según los expertos de la Escuela Pública de Salud Johns Hopkins Bloomberg, estos carteles informativos son una forma económica y efectiva de facilitar información a los jóvenes para que tomen decisiones más coherentes y beban menos refrescos, algo que sería positivo en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad. Posiblemente la industria de los refrescos no estaría de acuerdo con esta iniciativa, incluir carteles de este tipo no les beneficiaría.
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