La Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO tiene, entre otros objetivos, garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, recursos que tienen un valor y peso muy importantes en la seguridad alimentaria, la nutrición y el medio de vida. Con los recursos genéticos se puede aumentar la calidad y la cantidad de los alimentos que se producen ahora y en el futuro, aunque lamentablemente, la diversidad genética se está perdiendo a un ritmo alarmante.
Esta comisión comenta que la biodiversidad para la alimentación y la agricultura se encuentra entre los recursos más importantes de la Tierra, miles de especies y su variabilidad genética son indispensables para adaptarse a las nuevas condiciones medioambientales a las que nos enfrentamos. Sin embargo, además de la significativa pérdida de la diversidad genética, hay que destacar lo mal utilizados que están estos recursos. En este sentido, merece la pena dar un vistazo a la infografía sobre la biodiversidad para la seguridad alimentaria y la nutrición.
En este documento podemos leer que sólo 14 de los 30 principales mamíferos domesticados y especies de aves, proporcionan el 90% del suministro alimentario animal para el ser humano. Por otro lado, existen unas 8.800 razas animales de las que un 7% están extintas y un 17% en riesgo de extinción. En 2016 la FAO presentaba este informe en el que aseguraba que la diversidad genética del ganado podía ayudar a garantizar la seguridad alimentaria, en él se advertía que muchas razas animales están en riesgo de extinción debido, entre otras cosas, a que no resultan interesantes para la industria alimentaria en términos de producción y rentabilidad económica. Sin embargo, hay que recordar que la premisa actual es reducir en un 50% el consumo de carne y productos lácteos, abogando por una alimentación a base de productos vegetales.
El pescado es una de las principales fuentes de proteínas para unos 3.000 millones de personas, los ecosistemas marinos contienen más de 175.000 especies de peces, mariscos, crustáceos y algas, pero sólo el 0’3% son producidos para la alimentación humana. A esto sumamos que sólo 10 grupos de especies representan el 30% de las capturas pesqueras a nivel mundial y que la sobreexplotación está provocando que muchas especies estén amenazadas. Para conocer algo más de información merece la pena dar un vistazo al informe sobre el Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura, informe conocido como SOFIA, en el que se realiza una radiografía sobre la situación y estado de la pesca y acuicultura en el mundo.
Los alimentos vegetales constituyen más del 80% de los alimentos en la dieta humana, se sabe que unas 30.000 especies de plantas son comestibles, pero sólo 7.000 son cultivadas y recolectadas para la alimentación humana, aunque muchos son cultivos “marginados e infrautilizados”, “secundarios” o “huérfanos”. A esto hay que añadir que sólo 30 cultivos son los que verdaderamente alimentan al mundo, de los que sólo cinco, proporcionan el 60% de la ingesta energética a la población, este desperdicio de diversidad genética muestra la necesidad de recuperar cultivos olvidados.
Son muchas las amenazas a la diversidad genética, el cambio climático, la pérdida de hábitat naturales, la degradación ambiental, la presión demográfica, las exigencias de los consumidores o la falta del uso para la alimentación de especies vegetales y razas animales, entre otras cuestiones. Por tanto, para alcanzar un futuro sostenible para los recursos genéticos, es necesario poner en marcha mejoras políticas y marcos legales, integrar los recursos genéticos y la biodiversidad en la agenda del desarrollo, fortalecer la conservación y uso sostenible de las especies vegetales y animales, y facilitar el acceso a los recursos genéticos y el conocimiento relacionado. Esto es algo que se dice desde hace bastante tiempo, pero la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura prácticamente no ha realizado avances.
En los últimos años se han destacado las nuevas condiciones y situación a las que se enfrenta la humanidad, algo que obliga a preservar toda la diversidad genética de todo aquello que nos sirve o puede servir de alimento, sean peces, plantas, animales, etc. Durante varias décadas se ha ido perdiendo la mayor parte de la riqueza alimentaria, si se recuperaran todos aquellos alimentos que parecen haber sido olvidados, la gastronomía en el mundo sería muchísimo más variada y con más sabores. Merece la pena dar un vistazo al informe de la FAO “Estado de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en el mundo” presentado este año, se trata de un estudio que se presenta como una primera evaluación global que muestra lo importante que es mantener la biodiversidad para garantizar el suministro de alimentos y la seguridad alimentaria.
A través de la página oficial de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO, podréis conocer más detalles sobre el trabajo que lleva a cabo, pero también de los que no realiza y de los que parece solamente hablar.