Es posible que en poco tiempo se aplique un impuesto sobre el fast food en Portugal, al parecer, el Decano del Colegio de Médicos de ese país ha propuesto al Ministro de Salud, crear un nuevo impuesto que grave todos aquellos alimentos que se consideran poco saludables, sea comida rápida, snacks, alimentos preparados y todo aquello que tenga exceso de grasas, azucares o sal. Los argumentos utilizados son: la crisis económica y el buen momento para aplicar impuestos que puedan ayudar a superarla, reducir el gasto a causa de las enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad, para que no se realicen recortes presupuestarios en el Sistema Nacional de Salud, mejorar la salud de la población en general y evitar el consumo de drogas (qué tendrá que ver esta última cuestión).
Poco a poco se incrementa el número de países que aplican impuestos a este tipo de alimentos, podemos recordar por ejemplo el impuesto sobre las grasas saturadas de los alimentos en Dinamarca, o el reciente impuesto de las hamburguesas que entró en vigor el pasado día 1 de septiembre en Hungría. Parece que tanto al Gobierno como a los especialistas médicos les interesa poner en marcha un impuesto sobre el fast food en Portugal, hay que tener en cuenta que el Gobierno del país ha anunciado un plan de ahorro sanitario en el que se va a reestructurar hospitales y racionalizar los medicamentos.
No nos extraña por tanto que los especialistas médicos vean una salida que salvaguarde su área con el impuesto, del mismo modo el Gobierno lo ve con buenos ojos por la recaudación adicional que obtendría. Antes de la crisis, no se solicitaban en Portugal este tipo de medidas, aunque ahora los médicos abanderan la salud explicando lo malo que es la comida rápida, los refrescos, los snacks, etc., explican lo peligroso que resulta superar las calorías diarias recomendadas, pero es evidente que ahora les importa más ante los recortes anunciados, no sabemos si en caso de bonanza económica hubieran solicitado un impuesto en el fast food.
¿Pero el impuesto a quién se lo van a aplicar?, no se indica si a la industria alimentaria, a los consumidores o a ambos, lo que realmente indigna es que sea necesario que los médicos teman por su puesto de trabajo y por sus sueldos para que aconsejen este tipo de medidas. Como dice el refrán, ‘si las barbas de tu vecino ves cortar, pon las tuyas a remojar’, nunca mejor dicho. Quizá no tardemos en conocer una propuesta similar en España, recordemos que el superávit de nuestra Seguridad Social se está reduciendo de forma alarmante y teniendo en cuenta la grave crisis económica y la búsqueda de nuevos impuestos a aplicar… blanco y en botella. Por cierto, una investigadora de la Universidad de Navarra ya proponía en el 2009 promocionar la Dieta Mediterránea incrementando el precio del fast food.
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