En el año 2017, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) se anunciaba la introducción de un impuesto que gravaba a los refrescos azucarados con un 50% y a las bebidas energéticas con un 100%, gravámenes elevados cuya finalidad, en teoría, era reducir el consumo y mejorar la salud de la población, el mismo argumento utilizado en los países donde se ha introducido el impuesto de los refrescos.
Pues bien, ahora anuncian la introducción de un impuesto del 50% para los productos que contengan azúcar y edulcorantes, gravamen que se considera una extensión del ya introducido y que, previsiblemente, entrará en vigor el 1 de enero del año que viene. Los productos que contengan azúcar o edulcorantes sufrirán esta medida, como los concentrados, geles y extractos que puedan ser convertidos en bebidas y probablemente los productos de pastelería, bollería y confitería, yogures, batidos, helados, etc., lo cierto es que todavía no se ha dado a conocer la lista de productos que estarán sujetos al nuevo impuesto.
Se trata de otro impuesto considerado como “especial” que se aplica a productos específicos que suelen ser perjudiciales para la salud o para el medio ambiente, si el consumidor los quiere deberá pagar mucho más por ellos. El gobierno del país recauda estos impuestos especiales bajo el paraguas de querer que se reduzca el consumo de productos no saludables, asegurando que el dinero se destinará a servicios públicos beneficiosos. Un pequeño apunte, si se considera que hay que aplicar un impuesto a los productos por ser perjudiciales para la salud o el medio ambiente, quizá deberían autoimponerse un gravamen por la extracción de petróleo, ya que se trata de una materia prima no renovable fuente de muchos derivados que perjudican al medioambiente, combustible, plástico, etc.
Según la organización Chartered House Tax Consultancy, especializada en auditorías, la introducción de impuestos especiales, asesoramiento, etc., cuando se introdujo el impuesto en los refrescos azucarados y las bebidas energéticas, las ventas de estos productos cayeron un 65%. Creen que con el nuevo gravamen los precios se incrementarán tanto que los consumidores reducirán automáticamente el consumo de productos que contengan azúcar, por lo que consideran que se trata de una medida efectiva para mejorar la salud de la población. Es lógico, si se aumenta el precio de cualquier producto de una manera desproporcionada, es seguro que las ventas caerán de forma paralela.
Según leemos aquí, poco antes de tomar esta medida el Ministerio de Salud y Prevención de los EAU (MoHAP) lanzó una campaña para crear conciencia entre la población sobre los riesgos para la salud de abusar del consumo de bebidas azucaradas o endulzadas con cualquier otro edulcorante. Esta campaña denominada Beat the Habit Fight Extra Sugar se extenderá hasta el próximo mes de noviembre, alentando a los ciudadanos del país a adoptar estilos de vida más saludables, realizar actividades físicas, seguir una dieta sana y equilibrada, etc.
Según el MoHAP, esta nueva campaña tiene como objetivo frenar el consumo de bebidas azucaradas y promover los estilos de vida saludables, proporcionando a la comunidad la información necesaria para adoptarlos. No tiene mucho sentido, ya que, como hemos comentado, tras la introducción del impuesto de los refrescos, las ventas cayeron un 65%, lo lógico sería hablar de los alimentos con azúcar y no de las bebidas.
Parece evidente que no interesa una prohibición o una legislación que obligue a las empresas alimentarias a reformular los productos alimenticios, subvencionar los alimentos considerados saludables, introducir una asignatura de nutrición en las escuelas, etc. Veremos si algún país occidental se atreve a tomar medidas tan contundentes como las adoptadas por los Emiratos Árabes Unidos, probablemente no y la razón es sencilla, con un impuesto más moderado los productos se seguirán vendiendo, garantizando la entrada de dinero en las arcas del estado.
Foto 1 | guzzphoto
Foto 2 | Nicholas Liby