Parece ser que México quiere establecer un nuevo impuesto de los refrescos, medida que formaría parte de la nueva estrategia del Gobierno del país para reducir el índice de sobrepeso y obesidad, así como la tasa de enfermedades asociadas a estos problemas. Se asegura que es una medida que se debe aplicar con urgencia, al menos así lo consideran especialistas médicos, investigadores y legisladores, hay que tener en cuenta que el consumo de refrescos en el país es muy elevado. México argumenta que son varios los países que pertenecen a la OMS (Organización Mundial de la Salud) que ya han dispuesto una legislación al respecto, parece que se quiera justificar la efectividad de aplicar un gravamen a los refrescos y bebidas azucaradas. Sin embargo, hay que decir que algunos expertos consideran que el impuesto en alimentos poco saludables son medidas poco eficaces, además otros estudios corroboran esta conclusión.
Aplicar impuestos a bebidas y alimentos que se relacionan con el sobrepeso y la obesidad es la tónica dominante, con la excusa de que se quiere mejorar la salud de la población se gravan los productos a pesar de que sería mucho más efectivo subvencionar y reducir el coste de los alimentos saludables. Al respecto os recomendamos leer el post Subvencionar los alimentos saludables es efectivo, en su lectura destacamos la revisión de 20 estudios llevados a cabo por RAND Corporation, en todos los países que habían realizado un programa de subvención, el consumo de alimentos saludables se incrementó significativamente.
Sin embargo, es más goloso para los Gobiernos aplicar impuestos, con ello lograrán aumentar los ingresos a las arcas del Estado. El impuesto de los refrescos en México gravará nada menos que un 20% el coste de las bebidas, explican que un gravamen menor no tendría ningún efecto, parece que se basan en el estudio que se desarrolló en el Reino Unido y en el que se concluía que un impuesto de la grasa debía ser como mínimo de un 20%, decimos grasa pero también se integran otros productos como los refrescos. Se considera que un gravamen fiscal elevado se traduciría en una reducción significativa del consumo de alimentos con grasas saturadas o bebidas azucaradas, algo que favorecería la reducción del índice de obesidad, las muertes por enfermedades coronarias, el padecimiento de enfermedades como la diabetes, y con ello se reduciría el gasto sanitario.
Podemos encontrar algunos ejemplos claros que muestran que subvencionar los alimentos saludables resulta mucho más efectivo, os invitamos a leer el post Los descuentos en alimentos saludables mejoran la dieta. Una curiosa iniciativa llevada a cabo en Sudáfrica permitía subvencionar los alimentos considerados saludables entre un 10 y un 25%, con esta medida se incrementó notablemente el consumo de frutas, verduras, productos lácteos, alimentos integrales, etc. En este caso, la propuesta fue llevada a cabo por una empresa privada de salud que buscaba mejorar la salud de sus asociados ofreciéndoles hasta 6.000 productos con descuento.
El impuesto de las bebidas azucaradas en México se propone tras conocer que el coste provocado por las enfermedades derivadas del sobrepeso y la obesidad se ha duplicado en ocho años, pasando de 35.000 millones a 67.000 millones de pesos en el periodo comprendido entre el año 2000 y 2008, pero además, se calcula que el gasto alcanzará los 151.000 millones de pesos en el año 2017. México es el país que encabeza el ranking de consumo de refrescos en todo el mundo con una media de consumo de 163’3 litros por año, superando en un 40% el consumo medio de Estados Unidos. De acuerdo que es un problema que se debe abordar cuanto antes, pero ¿se han propuesto otras medidas como la subvención de alimentos saludables?, del tema ni siquiera se ha hablado, como han hecho otros países, se obvian estudios como los referenciados anteriormente y se pretende aplicar un impuesto que subvencione el sistema sanitario y permita ingresos adicionales a las arcas del Estado.
Aunque se asegura que el dinero generado por los impuestos se destinarán al apoyo de medidas para la atención de las enfermedades que están relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas, la promoción de alimentos saludables o el aumento de la disponibilidad del agua potable, es difícil de creer. Los Gobiernos deberían tener en cuenta los datos arrojados en estudios que muestran claramente que subvencionar alimentos saludables es efectivo. Para equilibrar la balanza, además de gravar los refrescos se debería reducir el coste de los alimentos que favorecen la salud.
Según leemos en la publicación digital El Financiero, se trata de una propuesta que se pretende incluir en la Ley de Ingresos del próximo año, pronto sabremos si al final la medida se lleva a cabo.
Foto | Leoncillo sabino