Poco a poco más países se van sumando a la idea de aplicar una tasa en aquellos alimentos que favorecen el sobrepeso y la obesidad, es el caso de Israel, el Ministerio de Hacienda del país está barajando la posibilidad de aplicar un impuesto de la grasa a raíz de la solicitud realizada por el Ministerio de Salud. Al parecer, este ministerio solicitó un estudio para determinar el índice de sobrepeso y obesidad de la población, tras conocer los resultados en los que se destacaba que hasta el 37% de los israelíes tenían sobrepeso y un 15% padecía obesidad, cursaron la petición el pasado mes de marzo para que se aplicara la medida.
El Ministerio de Salud argumenta que tratar los problemas y enfermedades relacionadas con la obesidad resulta muy caro para la economía del país, asegura que son millones de euros que se podrían ahorrar si se mejorase la dieta de la población. Poco ha tardado el Ministerio de Hacienda (como en otros países cuando se trata de recaudar) en apoyar la implantación del impuesto de las grasas, argumentan que quieren contribuir a fomentar la alimentación saludable. Si realmente se quisiera promocionar la dieta saludable, se trabajaría en otras áreas, educación nutricional, subvención de los alimentos más saludables para que resultarán más económicos que los alimentos grasos y ricos en azúcares, se hablaría con las empresas y compañías que abastecen el mercado con este tipo de alimentos para que se reformularan y fueran más saludables, etc.
Pero parece que resulta más interesante, más rápido y lucrativo (al menos para las arcas de los Estados) poner un impuesto en los alimentos que supuestamente favorecen la obesidad. Curiosamente, algunas empresas que en teoría podrían agradecer esta medida y en cierto modo sentirse favorecidas, no están de acuerdo con ella. Es el caso de Algatechnologies, una compañía dedicada a la producción y comercialización de algas y sustancias derivadas, al sector agroalimentario y a la industria en general.
Su director de marketing y ventas indica que ha oído hablar en varias ocasiones del impuesto del fast food y está al corriente de la medida implantada en otros países, pero no está de acuerdo con ella, es más, las considera poco eficaces, algo en lo que coinciden expertos como Jack Winkler, profesor en políticas nutricionales de la Universidad Metropolitana de Londres (Reino Unido), actualmente retirado, el profesor argumenta que este tipo de acciones pueden provocar un efecto negativo.
Recordemos que por el momento ya se han aplicado impuestos en los alimentos y bebidas asociados al sobrepeso y la obesidad en Dinamarca, Hungría o Francia, otro grupo de países está a la espera de aprobar este tipo de medidas, y otro más empieza a plantear la posibilidad de introducir el nuevo gravamen, como es el caso de Israel. El director de marketing de Algatechnologies tiene la convicción de que una dieta equilibrada se basa en la educación nutricional y no en la diferenciación de precios, en nuestra opinión esto quizá sea discutible en cierta medida, ya que todo ayuda, el precio es un condicionante de mayor o menor peso dependiendo del país y del nivel económico de la población. En todo caso estamos de acuerdo en que la base para reducir el problema del sobrepeso y la obesidad es una educación nutricional.
De momento, en el país se debate la medida, aunque se podría decir que puede salir adelante y más sabiendo que son dos ministerios los que avalan el impuesto del fast food. La excusa es mejorar la alimentación de la población, pero en realidad se persigue el mismo fin que en los países que se ha implantado esta medida, reducir el gasto sanitario e incrementar el dinero que entra en las arcas del estado, no tardaremos mucho en saber si finalmente se aplica el impuesto de la grasa en Israel.
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