El Diccionario de la Real Academia Española define el verbo transitivo Imbricar como ‘Disponer una serie de cosas iguales de manera que queden superpuestas parcialmente, como las escamas de los peces. Pues bien, quizá es un término poco utilizado fuera de las conversaciones de algún área profesional concreta, como puede ser la cocina.
Conociendo lo que significa imbricar, podemos comprender fácilmente que en el argot culinario se emplea para definir cómo se disponen los alimentos, suelen ser del mismo tamaño y grosor, y se colocan solapándose parcialmente. Podemos poner por ejemplo unas patatas laminadas, como se muestra en la foto superior.
Pero seguramente, la receta en la que más a menudo realizamos un imbricado es en la tarta de manzana u otras tartas de fruta similares, también en tartas saladas u hojaldres, como el de berenjena y tomate, o en las lasañas de verduras o elaboraciones del tipo de la Melanzane alla parmigiana.
A estos ejemplos se pueden añadir muchos otros en los que en términos culinarios se puede definir como imbricado, ya sabéis, colocar los ingredientes parcialmente solapados. En la cocina clásica francesa era mucho más utilizado para la cuidada terminación de muchos platos, tarrinas, áspics, pasteles… ¿En qué platos lo utilizáis vosotros?