Un sistema de identificación de variedades de vid españolas va a permitir conocer exactamente las varietales que existen en nuestro país eludiendo las diferentes sinomias o nombres distintos atribuidos a una misma variedad en las distintas regiones españolas. El sistema se basa en los microsatélites, es decir, marcadores genéticos que se encuentran presentes en el ADN y que se utilizan en distintos campos de la genética para realizar estudios sobre poblaciones o parentescos de cualquier especie.
El sistema para identificar variedades de vid se denomina SIVVEM y ha sido desarrollado por especialistas de la Universidad Politécnica de Madrid y el IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario). Al proyecto SIVVEM puede tener acceso cualquier persona, basta realizar la búsqueda de variedades siguiendo unos criterios específicos para conocer exactamente la verdadera naturaleza de los tipos de vides sobre la que estamos realizando la consulta.
Las consultas se pueden realizar a través del nombre de la variedad y el sistema nos ofrecerá los nombres de las vides asociados a ella, por orden alfabético, simplemente es necesario realizar la búsqueda a través de la inicial de la variedad y aparecerá un listado que nos proporcionará información sobre el origen, el color de las uvas o su destino, vinificación o uva de mesa. Por Denominación de Origen a través de un listado con 68 denominaciones, o por el color de la baya, bastará con seleccionar el color, blanca, rosa, roja, negra, violeta, etc. Para que el sistema nos ofrezca las coincidencias y características específicas de cada una de las variedades de vid.
Con esta nueva base de datos se logra facilitar la identificación de las 574 variedades de vid de una manera más fiable, ya que además de utilizar los marcadores moleculares, se tienen en cuenta también otros aspectos característicos de las variedades, la forma de las hojas, el tipo de racimos, el tamaño de las bayas, etc. Gracias a este proyecto se han podido detectar algunas variedades autóctonas que estaban en peligro de extinción y que ahora pueden ser recuperadas. Sobre el estudio ampelográfico hay que decir que hasta la aparición de los marcadores genéticos, era la mejor referencia para validar y corregir las sinomias, pero este método no resultaba fiable a la hora de realizar distinción de clones o mutaciones y podía inducir a errores, ya que la morfología de la planta se modificaba ante las enfermedades, las diferencias climáticas, etc. Con la identificación a través de los microsatélites, estos problemas desaparecen y los estudios ampelográficos son ahora un complemento y no la fuente principal de referencia.
Para elaborar la base de datos, los investigadores han tomado como referencia una colección varietal situada en la finca de El Encín, una finca experimental perteneciente al IMIDRA en la que se encuentran localizados distintos laboratorios de investigación, el laboratorio enológico, el laboratorio ampelográfico, el laboratorio de suelos, etc. Para los investigadores y expertos en el mundo del vino, la consulta a través de los valores ofrecidos por los microsatélites aceptados a nivel internacional (VVMD5, VVMD7, VVMD27, VVS2, ZAG62 y ZAG79) serán de gran ayuda.
La vid se encuentra presente en todo el mundo y durante los últimos años ha sido objeto de distintas investigaciones genéticas, sobre todo por el gran valor agronómico de los frutos con los que se elaboran los vinos, es muy importante identificar con precisión las variedades en la producción de vinos y para ello, nada mejor que la genética, un carné de identidad preciso con múltiples aplicaciones. Debemos mencionar también el estudio realizado por La Fundación Genoma España en el que se daba a conocer el genoma de la uva y con el que se han logrado identificar los marcadores genéticos relacionados con la producción, los factores medioambientales, la calidad, etc., información que permitirá desarrollar nuevas variedades con mayores propiedades organolépticas, nutricionales, productivas, etc.