A raíz del post en el que os mostrábamos algunas formas de cortar la sandía, nos han llegado algunos correos y mensajes en los que nos explicaban que la mencionada comodidad a la hora de comer fruta sí era efectiva, y que tanto niños como adultos comían más si disponían de algunas piezas de fruta preparadas y listas para comer. Lo cierto es que a nosotros, que nos encanta la fruta, nos parece que la mayoría está lista para comer, una manzana simplemente hay que lavarla bien para comerla, siempre teniendo en cuenta que si se come con piel, es mejor asegurarse de que no tenga residuos de productos fitosanitarios.
Y lo mismo sucede con las cerezas, los melocotones, las nectarinas, los albaricoques, las peras… y qué decir de las uvas, las fresas, las frambuesas, los arándanos. En fin, entendemos que no siempre puede resultar agradable comer la fruta con piel, y también que a menudo se utilizan excusas para no comer algo que no apetece demasiado, sobre todo si hay alternativas más palatables, es decir, productos procesados.
Pero siendo conscientes de que los beneficios de la fruta y las hortalizas no los pueden proporcionar otros alimentos, no sirven las excusas, hay que incluirlas en la dieta. Nuestra intención es aportaros algunas ideas para ayudaros a consumir más frutas, ya lo hacemos a menudo, cuando las incluimos en todo tipo de recetas saladas. Quizá las ensaladas son la opción más sencilla y con la que con más facilidad se convencerá al comensal, pero también hay quien mira para otro lado cuando se habla de comer ensaladas con hortalizas frescas.
No importa, no nos daremos por vencidos, debemos intentar que cada día se ingieran cinco raciones de frutas y hortalizas, así que, de momento, os vamos a animar con algunas ideas que os ayudarán a comer más fruta, a vosotros o a vuestra familia, pues eso de predicar con el ejemplo está muy bien decirlo, pero no siempre funciona, y lo hemos podido constatar, seguramente muchos de vosotros también.
En el caso de los niños, como tantas veces se ha dicho, es importante que participen en la preparación de los alimentos para que se animen a comerlos, es más, si nos acompañan a la frutería, donde hay mucha variedad de frutas, puede ser bueno dejarles elegir cuál quieren comer, todo es empezar. Y bueno, quizá con algunos adultos también puede funcionar.
Para que apetezca más comer fruta fresca es imprescindible comprar fruta de temporada y que esté a la vista, sea en el frutero en la encimera de la cocina o en el frigorífico, que esté más a mano que otros productos alimentarios. Si hay variedad y muchos colores puede atraer más, el verano es la mejor época para ello, pero en invierno también podemos tener llamativos fruteros con colores rojos, naranjas, amarillos, verdes…
Retomando el tema de la comodidad, si se quiere tener fruta fresca preparada para comer entre horas y evitar así picar otros alimentos menos interesantes nutricionalmente hablando, una buena idea es tenerla ya pelada y cortada en dados, en gajos o como corresponda, y en táperes cerrados herméticamente en el frigorífico. Tener preparada una macedonia es ideal para disfrutar de más variedad de frutas, además ayuda a que se incluyan algunas frutas que para muchos son menos sabrosas, pero claro, debe ser una macedonia natural, sin adición de azúcar, ni licores, ni zumos comerciales.
Una de las formas más fáciles de consumir más fruta es, como os hemos comentado, incluyéndola en las distintas comidas del día, desde el desayuno hasta la cena. Por ejemplo, en los desayunos y meriendas se puede añadir prácticamente cualquier fruta fresca al yogur o a la leche con avena, y por supuesto, se puede comer a bocados, de la forma más natural. En cuanto a las comidas y las cenas, se pueden añadir frutas a las ensaladas, también pueden utilizarse como guarnición de carnes y pescados, por ejemplo, salteadas con un poco de aceite en una sartén y con unas especias, muchas personas se sorprenden de lo rica que queda. Y por supuesto, en los postres se puede comer la fruta natural o con un poco de requesón, con una crepe, horneada, salteada y con un chorrito de miel… Y ahora en verano, ¿qué tal troceada y congelada para comerla como si fuera un polo o helado? A los niños les conquistará.
Para que tengáis ideas y ejemplos prácticos, a continuación os dejamos algunos recetarios con frutas con los que seguro que disfrutaréis comiendo este alimento en cualquier época del año.
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