Acabamos de conocer una investigación desarrollada por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina), en la que los investigadores han logrado una producción de huevos de gallina más saludables. Para ello los expertos han modificado la alimentación de las aves introduciendo chía, aceite de lino y colza a la habitual alimentación a base de granos de maíz, el resultado es que se ha logrado incrementar hasta cinco veces el nivel de ácidos grasos Omega 3 en los huevos. No hace mucho destacábamos que los huevos son más saludables que hace 30 años, al menos así se concluía en un estudio del Reino Unido en el que se constataba que el cambio de alimentación de las gallinas ponedoras había logrado mejorar el aporte nutricional de este alimento.
Como sabemos, la alimentación que reciben los animales condiciona la calidad de los productos que de ellos se obtienen, podemos citar como ejemplo la mejora de la calidad de la leche de vaca gracias a los suplementos a base de los restos de la elaboración del vino, con ello se lograba incrementar el contenido de ácidos grasos saludables hasta en seis veces, en comparación con la leche que ofrecen las vacas con una alimentación tradicional. Esta era una investigación que no sorprendía, dado que ya sabíamos que alimentar a las vacas con vino ofrecía como resultado una carne con mayores cualidades organolépticas, ya entonces se hablaba de estudiar la influencia de los polifenoles en la alimentación vacuna. Se pueden citar más ejemplos que muestran que la alimentación y condiciones de vida influyen en los animales y el producto alimenticio que nos proporcionan, pero hoy queremos centrar nuestra atención en los huevos con más ácidos grasos Omega 3.
Este es un tipo de ácido esencial, es decir, que el organismo no lo puede fabricar a partir de otras sustancias y forzosamente lo debemos recibir a través de la alimentación. Como decíamos, se han suministrado suplementos de chia, una de las especies vegetales que ofrecen una mayor concentración de ácidos grasos omega 3. El aceite de lino se obtiene de las semillas de lino, un ingrediente con un magnífico aporte nutricional, es rico en ácidos grasos esenciales, oléicos (Omega 9), linoléicos (Omega 6) y alfa linolénicos (Omega 3), es ideal para mantener el equilibrio del colesterol y una salud cardiovascular óptima. Dada la alimentación, parece obvio que los huevos mejoren su calidad y aporte nutricional, así como que ofrezcan una reducción del riesgo de sufrir determinadas enfermedades. De este modo los huevos se convierten en un alimento funcional, aunque hay que decir que por la alimentación de las gallinas, el precio del producto se encarece significativamente.
Según los investigadores existe un desfase entre la cantidad de ácidos grasos Omega 3 y ácidos grasos Omega 6 que los seres humanos reciben a través de los alimentos, ambos son esenciales y compiten en el organismo, un desfase entre ambos deriva en consecuencias negativas para la salud, lo óptimo sería equilibrar el aporte de ambos. Los investigadores argentinos apuntan que la media de consumo de huevos en su país se establece en cuatro semanales, si uno de ellos fuera uno de los funcionales, se ofrecería al organismo un aporte extra de ácidos grasos Omega 3 reduciendo el desequilibrio y mejorando la salud. En este sentido es interesante saber que en una proporción de Omega 6 y Omega 3 de 5 a 1, se mejora la calidad de vida de las personas asmáticas, si la proporción es de 4 a 1 se contribuye a prevenir las enfermedades cardiovasculares, etc. Es decir, merecería la pena adquirir un huevo funcional por semana, el gasto no sería tan elevado y los beneficios parece ser que están constatados.
Los resultados de este estudio permiten agregar un valor extra a la industria avícola y los huevos podrían compensar, en cierto modo, la carencia en la dieta de alimentos ricos en Omega 3, como puede ser el pescado. En la investigación, los expertos desarrollaron ocho formulaciones en la alimentación diseñadas según la alimentación que recibían las gallinas, se recogieron los huevos y se analizaron para controlar diferentes parámetros, calibre, peso, contenido en ácidos grasos o lípidos, etc. Se determinó que un huevo funcional obtenido de gallinas alimentadas con las distintas formulaciones, contenía más ácidos grasos Omega 3, dependiendo de la composición (si se incluía el aceite y las semillas de chía), los valores podían ser de hasta cinco veces más en comparación con el huevo de una gallina que no había sido alimentada con los suplementos. El huevo normal aporta unos 140 miligramos de Omega 3, un huevo funcional aporta hasta 740 gramos del ácido graso.
Estos resultados se pueden trasladar a otros animales, mejorar la calidad de la alimentación que reciben es mejorar la calidad de nuestra alimentación, lamentablemente este tipo de mejoras son difíciles de adoptar, como hemos indicado, el precio de los alimentos se incrementaría y no resultaría rentable para la industria agroalimentaria, ya sabemos que la rentabilidad es preferente, en la mayoría de ocasiones, a la calidad o la mejora de la salud. Podéis conocer más detalles sobre la investigación de los huevos funcionales a través del artículo publicado en el INTA.