Todavía nos quedan unas semanas para seguir disfrutando de los cítricos, antes de entrar de lleno en otras frutas de temporada, que ganas no faltan… pero mientras tanto, queremos compartir una de las primeras recetas que llegaron al concurso de naranjas y mandarinas, ideal para cuando las temperaturas están empezando a subir, son las Mandarinas heladas de Nieves, autora del blog Igloo Cooking.
Dicho sea de paso, que la presentación de este sorbete de mandarinas puede realizarse como nos propone Nieves, pero también podremos agasajar a nuestros invitados presentándolo en copas. Es uno de los sorbetes enriquecidos con nata, por lo que podéis imaginar la cremosidad y ligereza que ofrecerá en el paladar, además de refrescarnos, sea a media tarde, como postre o incluso en una comida de gala, para servir entre el plato de pescado y carne.
Ingredientes
- 8 mandarinas (de las que nos van a salir 6)
- 100 gramos de azúcar
- 250 gramos de agua
- 1/2 limón (su zumo)
- 1 yema de huevo
- 250 ml de nata montada
- unas hojitas de menta o de hierbabuena.
Elaboración
Se limpian las mandarinas con un paño húmedo, se corta la tapa superior y se saca la pulpa de ambas partes. Se guardan seis de las cáscaras en la nevera, dentro de una bolsa de plástico y se reservan las otras dos.
Se exprime el zumo de la pulpa de las mandarinas hasta obtener un cuarto de litro (yo lo he batido todo y luego lo he colado). Se hierve el agua con el azúcar a fuego vivo durante 10 minutos para obtener almíbar y se deja enfriar.
Una vez frío, se le añade el zumo de las mandarinas y del limón, la yema de huevo batida, y se vuelve a colocar al fuego para, sin dejar de remover, hervir lentamente durante otros 5 minutos. Se deja enfriar, se vierte en un molde de helado, se cierra herméticamente y se coloca en el congelador hasta que se solidifique ligeramente (aproximadamente 2 horas).
Se ralla la piel de las dos mandarinas que habíamos reservado. Se desmolda el almíbar helado en un bol y se bate fuertemente con un tenedor, cuando adquiera una textura homogénea se le añade la nata montada y la ralladura de mandarina, batiéndolo bien hasta que adquiera color por igual y se reparta homogéneamente la mandarina rallada. Se vuelve a colocar la mezcla en el molde de helado, se cubre con la tapa y se deja congelar durante dos horas y media.
Al cabo de este tiempo se saca y se desmolda como antes, y vuelve a batirse hasta que adquiera una textura uniforme. Se coloca de nuevo en el congelador y, una hora antes de servirse, se rellenan las pieles de mandarinas que hemos reservado como recipientes, con este preparado, cubriéndolas con la tapita.
Se pasa un pincel con agua por la piel de las mandarinas y se colocan en el congelador. Sacar las Mandarinas heladas 5 minutos antes de servirlas.
Nieves
Igloo Cooking