Durante nuestra Ruta del Vino Somontano hemos conocido varias bodegas que os iremos describiendo, Enate, Blecua, Pirineos, Olvena y Laus. En todas ellas se mostraba un poco de historia de la enología a través de los distintos utensilios que se empleaban antaño para elaborar vino. Prensas, bombas de trasiego, básculas de toneles, estrujadoras, todos los elementos que transmiten el testimonio de la cultura enológica de la región.
En la foto superior podéis ver una prensa bastante primitiva con la que los agricultores de entonces extraían el vino que todavía quedaba en el hollejo o piel de la uvas. Lo que se hacía era formar un montón de hollejo sobre una plataforma, envolviéndose con una soga como si se tratase de un cilindro evitando que se pudiera desmoronar.
En el extremo saliente de madera, se colocaba un gran peso de piedra que se encargaba de proporcionar la presión suficiente sobre el hollejo para que terminara de soltar todo el zumo de uva que quedaba entre los restos de piel y huesos.
La bomba de trasiego de pistón se utilizaba para separar el vino de los posos contenidos en él, aunque también se utilizaba para eliminar el gas carbónico. El contacto con el aire hacia que el vino respirara, se suavizara y además se mostrara mucho más limpio. Se accionaba mediante una manivela que a su vez, accionaba un pistón, definiéndolo de forma sencilla era una bomba de trasvase.
Esta foto que veis, corresponde a uno de los utensilios que incorporaban en sus carros los mercaderes y comerciantes del vino, se trata de una báscula para pesar barricas utilizada para conocer el diferencial de peso antes de comprar el vino. Básicamente es una báscula romana pero a mayor escala, que pesaba las barricas de vino.
Esta imagen corresponde a una estrujadora y se encargaba del primer tratamiento mecánico que sufría la vendimia cuando llegaba a la bodega. Este aparato rompía los granos pero sin machacar las semillas, liberando así el mosto para su posterior fermentación. Se trata del primer utensilio que llegó con la industrialización y que sustituyó a los tradicionales pisadores de uvas.
Esperamos que os agrade esta muestra de la historia del vino que las bodegas de la D.O. Somontano ofrecen y que os tiente a visitarla.
Tenemos mucho más que contar a los apasionados del turismo enológico y del turísmo gastronómico, aunque sólo fueron dos días, la experiencia fue muy instructivo e intensa.