El hinojo marino (Crithmum maritimum) es una planta perenne comestible, única en su género y perteneciente a la familia de las umbelíferas, propia de las costas de Europa y del norte de África. El que os mostramos en la foto ha sido recolectado hace un par de días en una franja del Mediterráneo, en la Comunidad Valenciana.
El hinojo de mar se conoce con distintos nombres dependiendo de la región, como perejil de mar, perejil de la isla, cenoyo (o cenojo) de mar, pastinaca marina, fenoll de mar, uña de perro, piuncho, pirixel… Es un alimento muy antiguo, ya lo utilizaban los griegos y romanos, consumiéndola cruda y cocinada, en ensaladas y en guisos.
Es más, no sólo se apreciaba como alimento, se trata de una planta antiescorbútica, utilizada por los marineros y navegantes en sus largas travesías, además le otorgan propiedades diuréticas, estimulantes y digestivas.
Es una planta halófila, tolera la salinidad del agua marina y es muy resistente a la sequía. Crece en las zonas costeras, a pleno sol, en acantilados, en terrenos arenosos, en las rocas… Es algo leñosa su base y sus hojas alargadas son carnosas en su madurez, mientras que sus flores (florece a finales de agosto) son similares a las de la familia del hinojo, numerosas y pequeñas, de color blanco o amarillo verdoso, tipo umbela.
Al parecer, su contenido nutricional varía según la zona en la que se encuentre, el momento de recolección o la variedad. En general, el hinojo marino es rico en yodo, sales minerales, carotenoides, vitamina C, carbohidratos y proteínas, entre otros.
También cambia el sabor de esta planta de la que se suelen consumir las hojas y lo tallos, lo más habitual es prepararla con vinagre, agua y sal, o añadirla a la elaboración de otros encurtidos, de hecho, se puede encontrar comercializado en tarros de conserva. Como curiosidad, decir que en las Islas Baleares, donde su consumo es muy habitual, es una especie protegida y su recolección está limitada.
Como comentábamos anteriormente, el hinojo marino también se puede consumir fresco, para empezar conviene incorporar pequeñas cantidades porque tiene un sabor intenso en el que podremos percibir toques anisados propios del hinojo, salinos (por su hábitat), cítricos, puede recordar a la zanahoria, al apio e incluso a veces al espárrago (parece que en otros países confunden el hinojo con el espárrago de mar o salicornia).
El hinojo marino también se puede añadir a guisos o cocinarse como otras verduras, siendo una guarnición muy apropiada para acompañar pescados, arroces, pasta… La cocina de vanguardia, en su búsqueda por incorporar nuevos ingredientes, ha sido partícipe en la recuperación de muchos alimentos poniéndolos de nuevo en el mercado. Así que seguramente podremos descubrir muchas otras aplicaciones culinarias del hinojo de mar.
Parece ser que esta planta silvestre se puede cultivar, no sabemos si merece la pena intentarlo, al no encontrarse en su hábitat natural, sus cualidades organolépticas y nutricionales variarían, ¿no creéis?.