Avellanas y chocolate, ¿quién no se rinde ante esta combinación? Pues continuad leyendo porque os traemos una receta que queremos que os animéis a preparar para disfrutar vuestro helado casero, un delicioso helado de avellana y chocolate crujiente que no podréis evitar repetir en varias ocasiones durante el verano. Y también os gustará compartirlo con vuestros amigos y familia para que saboreen lo que habéis elaborado con vuestras manitas, valoren lo artesano y se contagien de la elaboración casera de helado.
A continuación os explicamos paso a paso cómo hacer este helado de avellana y chocolate crujiente, con trocitos de avellana, empezando por la crema inglesa que es la base de muchos helados. Os indicamos cómo hacerla de forma tradicional y con Thermomix, y el helado también lo podéis hacer con heladora o sin ella. En cualquier caso, partiendo de buenas materias primas (que las avellanas sean de calidad es indispensable), obtendréis un helado casero de un sabor delicioso y también cremoso.
Ingredientes
Para la crema inglesa
- 600 gramos de leche
- 6 yemas de huevo
- 100 gramos de azúcar
- 1 vaina de vainilla (las semillas del interior) o unas gotas de esencia de vainilla.
Para el chocolate crujiente
- 80 gramos de chocolate fondant
- 80 gramos de avellana tostada en granillo.
Para el helado
- 700 gramos de crema inglesa
- 150 gramos de mantequilla o pasta de avellana
- 60 gramos de azúcar invertido
- 150 gramos de chocolate y avellana crujiente.
Elaboración
Crema inglesa
Prepara con tiempo suficiente para que se enfríe la crema inglesa, puedes hacerla en Thermomix, pon todos los ingredientes en el vaso y programa 8 minutos, temperatura 90º C y velocidad 4. Una vez finalizado el tiempo, comprueba que resulta una crema ligera pero que napa la espátula. Puedes enfriar rápidamente la crema inglesa en un baño maría inverso.
Si haces la crema inglesa en un cazo, pon en éste la leche con dos terceras partes de azúcar, añade la vainilla y lleva a ebullición a fuego medio. Mientras tanto bate las yemas con el resto del azúcar hasta que blanqueen. Cuando la leche empiece a hervir, viértela sobre las yemas, mezcla con las varillas y vuelve a verter la mezcla en el cazo. Cuece unos minutos a fuego lento mientras remueves y hasta que veas que espesado un poco. Pasa la crema por un colador para que no haya grumos y enfría.
Crujiente de chocolate
Prepara el crujiente de chocolate y avellana, para ello, funde el chocolate y mézclalo con la avellana granillo. Si sólo tienes avellana entera, pícala a cuchillo o en el mortero, no hace falta que todos los trocitos sean iguales. Extiende la mezcla sobre papel vegetal y deja que se enfríe, entonces rómpelo a trocitos para después incorporarlo a la crema de helado, y reserva en frío.
Helado de avellana crujiente
Incorpora a la crema inglesa fría la mantequilla de avellana y el azúcar invertido, tapa el recipiente que contiene esta crema homogénea y deja reposar en el frigorífico unas cuatro horas.
Para hacer el helado, pon en marcha la heladora y vierte la crema por el bocal. Deja trabajar la máquina el tiempo que recomiende el fabricante, pero en el momento en el que veas que el helado está cogiendo cuerpo y volumen, incorpora el crujiente de chocolate por el bocal sin parar la máquina, poco a poco, para que se reparta bien.
Finalizado el tiempo, pasa el helado a un recipiente apropiado para introducirlo y en el congelador y que el helado acabe de coger su textura.
Sin heladora
Si haces el helado sin heladora, vierte la mezcla de crema del helado de avellana con el crujiente de chocolate en un recipiente con tapa hermética y ponlo en el congelador, retíralo cada hora para batirlo y que coja aire, evitar que se hagan cristales de hielo y que se congele de forma homogénea, hasta que tenga la textura de helado deseada.
Acabado y presentación
Sacar el helado del congelador unos minutos antes de servirlo para que no esté muy duro. Recuerda la temperatura de servicio del helado aquí. Este helado de avellana y chocolate se puede servir formando bolas y presentándolas en una copa o en un cucurucho, y también se puede presentar en una tarrina si se prefiere. Para terminar, se puede decorar con alguna galleta (en caso de no servir cucurucho). ¡Buen provecho!