Hace unos años os hablábamos del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, también denominado Mercado Común del Sur, bloque que está formado por diferentes países sudamericanos como Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia o Ecuador, entre otros. En aquel entonces, la organización de consumidores Foodwatch advertía de los riesgos que suponía este acuerdo para los consumidores de la Unión Europea, porque afectaba a las normas de seguridad alimentaria, a las normas ambientales y a la salud de los consumidores.
El caso es que, aunque el acuerdo que tras 20 años de negociaciones se presentó como finalizado en el 2019, no se ratificó y quedó en suspenso por distintos motivos, la movilización que hubo contra él por parte de varias organizaciones como Foodwatch y por otros problemas como la situación política de Brasil en aquel entonces. Ahora hay prisa por ratificar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur para el próximo año, y la excusa es la guerra en Ucrania y la nueva situación geopolítica.
Recordemos que si este acuerdo se lleva a cabo, las empresas brasileñas productoras de carne podrían exportar carne de forma masiva a Europa a precios muy bajos, y esto afectaría muy negativamente a los productores europeos. Hay que decir que la normativa sobre calidad y seguridad de la carne en Brasil es mucho más relajada que la de la Unión Europea, por lo que la UE debería suavizar su legislación en materia de calidad y seguridad de la carne para facilitar la introducción de la procedente de Brasil, siendo este problema uno de los muchos causados por el acuerdo.
Foodwatch vuelve a recordar que el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur supone diversas amenazas para la seguridad alimentaria, el medio ambiente y los derechos humanos. La adaptación de los estándares sanitarios europeos para facilitar el acuerdo sería un hecho, y de igual modo, la importación masiva de todo tipo de productos agrícolas, algo que es totalmente incompatible con la denominada estrategia del Pacto Verde Europeo (The European Green Deal), donde una de sus principales premisas es que el sistema alimentario europeo sea más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Por esta razón, Foodwatch ha puesto en marcha la iniciativa «Por una alternativa al acuerdo de liberalización comercial UE-Mercosur» (leer aquí) junto a 170 organizaciones de Europa y Latinoamérica, en ella se pide abandonar este acuerdo y basar nuestras relaciones políticas, comerciales y geopolíticas en nuevos principios de solidaridad, igualdad, cooperación, sostenibilidad y democracia, con el fin de garantizar una buena vida para todo el mundo, en vez de asegurar las ganancias de unos pocos.
La organización alemana explica que la Unión Europea pretende añadir al contenido actual del acuerdo, una declaración conjunta anexa que trataría temas como la lucha contra la deforestación y el calentamiento global. El problema es que las discusiones de este anexo se desarrollan con opacidad, pero gracias a una supuesta filtración del texto, se ha podido constatar que no cambia casi nada del acuerdo y los peligros y consecuencias que en su momento se describieron, se mantienen. A través de esta página podéis acceder a ese documento anexo.
La política de la Unión Europea debe proteger los intereses y derechos de los ciudadanos comunitarios, y no los intereses comerciales de las grandes empresas, que es lo que parece ocurrir en los acuerdos comerciales entre la Unión Europea con terceros países como, por ejemplo, el CETA (Acuerdo Integral de Economía y Comercio entre Canadá y la Unión Europea) o el TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión).
Foodwatch recuerda que este acuerdo tiene como principal objetivo importar más carne y productos agrícolas de los países que forman parte de Mercosur, a cambio, se podrán exportar más automóviles, maquinaria, herramientas, productos químicos y productos fitosanitarios, etc. Esto no hará más que incrementar nuestra dependencia alimentaria de terceros países, porque no se podrá competir con los precios y las explotaciones europeas correrán peligro de cese de actividad, a esto hay que sumar que los productos no tendrán la calidad esperada debido a la relajación de las normas que favorecerán la entrada de estos productos.
Por otro lado, los países de Mercosur también sufrirán consecuencias, la mayor producción para la exportación provocará más deforestación, mayor contaminación de las aguas subterráneas, trabajos precarios, violación de los derechos laborales y el despegue de los denominados pesticidas boomerang, es decir, pesticidas prohibidos en suelo comunitario por ser muy tóxicos, que se sigue, produciendo en Europa para exportarlos a terceros países, donde sí se utilizan habitualmente en la agricultura y que después, pueden llegar a la UE a través de los alimentos que se importan, de todo ello hablábamos aquí.
Os invitamos a conocer más detalles del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, así como los riesgos que conlleva a través de la página oficial de Foodwatch.