La harina misola es un tipo de harina obtenida de distintos cereales y frutos, maíz, cacahuetes, soja o mijo, se trata de una harina de gran calidad indicada como complemento alimenticio y preventivo para ser utilizado en la alimentación de la población más desfavorecida. El ‘Proyecto Misola’ se apoya en las asociaciones femeninas que se encargan de elaborar la “harina milagrosa” y ha logrado crear una actividad generadora de ingresos que activa la precaria economía de los países donde la misola se ha convertido en un alimento imprescindible.
A través del vídeo podemos conocer el proceso de fabricación de la harina misola dentro del Proyecto Misola en la República de Mali, un país africano que se engloba en el grupo de los países más pobres del mundo. Hasta hace poco este país ha dependido fuertemente de la ayuda de los países industrializados, pero con proyectos como este se logra que esa dependencia desaparezca poco a poco. Recordemos que la crisis alimentaria se ha cebado especialmente en aquellos países totalmente dependientes de las ayudas que se recibían del exterior, hablamos de los subsidios alimenticios, se podría citar como ejemplo la crisis del pan en Egipto.
El Proyecto Misola se creó en 1993 y basa su trabajo en la elaboración y distribución de esta harina con complementos nutricionales, poco a poco ha ido creciendo su producción y actualmente cuenta con 18 agrupaciones que fabrican la harina dando trabajo a 300 personas. Hasta 3 toneladas de harina misola enriquecida son producidas mensualmente y gracias a esta harina se ha reducido notablemente la malnutrición.
La misola se ofrece como uno de los alimentos indicado para los niños y mujeres gestantes, recordemos que la malnutrición es uno de los aspectos que más destaca en el continente africano y alimentos de este tipo son una salida a la crisis alimentaria.
La República de Mali, a pesar de ser un país muy pobre no se engloba dentro de los países cuya situación alimentaria está en riesgo, algo que se ha logrado gracias a iniciativas como la de la Asociación Misola o las distintas iniciativas que pretenden hacer que el país pueda autoabastecerse sin que deba depender de los demás países del mundo, tal y como ha ocurrido durante los últimos años.
La crisis alimentaria ha mostrado que los países subdesarrollados deben intentar adoptar modelos de producción que les permitan autoabastecerse, la agricultura, las explotaciones familiares o los modos de producción sostenible, son la apuesta de futuro más segura para estos países. La harina misola es un claro ejemplo, de hecho, se ha firmado un contrato entre el Programa Mundial Alimentario y la Asociación Misola para que no se importen harinas de otros países y se adopte la utilización de las harinas producidas en la República de Mali, en este caso la producida por el Proyecto Misola.
Este es un claro ejemplo de cómo se puede dar la vuelta poco a poco a una situación en la que el hambre es el principal problema. En el vídeo podemos conocer que incluso las máquinas que se utilizan para la elaboración de la harina misola se han fabricado en el país y no ha sido necesario recurrir a la ayuda occidental. La producción o agricultura de proximidad ha sido también un factor fundamental para el desarrollo del proyecto.
No nos queda más que alegrarnos por iniciativas de este tipo, una posible salida al hambre y la desnutrición que padecen los países subdesarrollados. De todos modos es necesario un trabajo constante y hay que mantener las ayudas exteriores que permitan paso a paso que estos países terminen con la dependencia exterior.