La chufa es un pequeño tubérculo subterráneo que surgen de las raíces de la planta conocida como juncia avellanada (Cyperus esculentus), su producción precisa, entre otras cosas, de un clima mediterráneo como el valenciano, por lo tanto no os extrañará que la horchata, la preciada bebida refrescante y nutritiva del verano, sea uno de los productos gastronómicos abanderados de la Comunidad Valenciana.
Pero la chufa es mucho más que horchata, con este tubérculo comestible se elabora también harina, un producto en polvo con características muy particulares e interesantes que a continuación definiremos. Antes queremos señalar que el término harina, aunque normalmente se ha utilizado para el polvo resultante de la molienda de cereales como el trigo, el maíz, el centeno, etc., el diccionario de la Real Academia Española recoge que harina también es el polvo procedente de algunos tubérculos y legumbres.
Ya sabéis que nos gusta hacer un uso apropiado de las palabras, y no deja de ser un aprendizaje continuo porque tenemos una lengua muy rica, a lo que hay que añadir la cuestión de las normativas. Quizá a vosotros no os surgió la duda de si se puede denominar ‘harina’ al producto obtenido de la molienda de otros alimentos que no fueran cereales, pero a nosotros sí, igual que estuvo en debate que se pudiera denominar ‘hamburguesa’ a un producto elaborado con alimentos vegetales y que imitaba a la preparación cárnica, o que se puede llamar ‘leche de almendras’ a la bebida elaborada con este fruto seco, pero no a las bebidas que se elaboran con otros ingredientes (incluso frutos secos) como las avellanas, la avena, la soja…
Volviendo a la harina de chufa, ya sabéis que se obtiene de la molienda del tubérculo entero que posteriormente se tamiza para conseguir el producto en polvo. Se puede encontrar harina de chufa con distintas granulometrías, normal, fina y extrafina principalmente, esto dependerá de cada fabricante. En principio, todas son muy versátiles para utilizarlas en infinidad de recetas, pero para ciertas elaboraciones de pastelería, por ejemplo, puede ser mejor elegir la molienda más fina, ya que puede sustituir harinas blancas muy finas.
La harina de chufa tiene unas características nutricionales muy interesantes y que hay que tener muy en cuenta, especialmente cuando se precisa llevar una alimentación con cierto control o restricciones alimentarias. Lo más destacable es que la harina de chufa no tiene gluten, por lo que es una de las elecciones más interesantes para las personas con celiaquía o intolerancia al gluten, que pueden utilizarla para sustituir las harinas de cereales, como la de trigo, que es la más común.
A esto hay que sumar que la harina de chufa tiene un sabor dulzón que hace que se pueda reducir la cantidad de endulzantes o edulcorantes en recetas dulces, y no menos importante es que sus propiedades nutritivas son mucho más valiosas que las de las harinas refinadas, por eso es una buena alternativa para quienes quieren llevar una alimentación saludable y nutritiva. De la chufa se destacan sus cualidades para mejorar la calidad de las digestiones, su contenido en enzimas como la amilasa y la lipasa facilita la digestión de los hidratos de carbono y las grasas, evitando también las flatulencias.
La chufa y su harina tiene un significativo contenido en fibra (17’4%), lo que ofrece diversos beneficios a la salud, es tan válida para controlar el estreñimiento como para lo contrario, su contenido en almidón lo posiciona como una harina con propiedades antidiarréicas. Y según leemos aquí, su piel contiene suberina, que actúa como prebiótico porque favorece el crecimiento de la flora intestinal beneficiosa fermentativa. Por último, y resumiendo, destacar que la harina de chufa es rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio y el hierro, y en vitaminas C, E y ácido fólico. Su principal aporte energético procede de los hidratos de carbono (42’5%), su contenido en proteínas es moderado (6’1%), pero con cantidades destacables de algunos aminoácidos esenciales y el contenido en grasas es relevante (23’7%), en su mayoría son grasas monoinsaturadas, fuente de ácido oleico Omega 9, que tiene efectos beneficiosos en la salud cardiovascular y el colesterol.
Hace ya varios meses que hemos incorporado la harina de chufa en nuestras recetas, por lo que ya iréis viendo las múltiples utilidades que tiene esta harina tanto en elaboraciones dulces como saladas, hacemos bizcochos, crepes, tortitas, mug cakes, magdalenas, batidos, salsas, rebozados, tortillas… ¿Habéis probado o utilizáis regularmente la harina de chufa? Nos encantará conocer vuestro interés y gusto por este ingrediente que, por cierto, si no sabéis dónde encontrarlo, os resultará muy fácil en tiendas de frutos secos, en herboristerías y comercios de alimentación deportiva, nosotros la compramos online en esta tienda (@nutandme_oficial) que, además, está a buen precio, el kilo no llega a ocho euros.