Ahora que los Petits Fours se han introducido tanto en nuestra gastronomía que incluso se elaboran en las cocinas domésticas, es bueno conocer los utensilios que ponen a nuestra disposición para facilitarnos el trabajo y lograr buenos resultados.
La verdad es que estos pequeños bocados servidos con el café, se llevan todas las miradas y siempre suelen “volar”, es como una pequeña degustación de postres que te permite culminar la comida con sabores dulces y según quién los haga, con combinaciones exquisitas.
Podemos encontrar moldes de Petits Fours que nos servirán para ofrecer a nuestros comensales unos pequeños dulces con diferentes formas, en la imagen superior vemos esta caja que cuenta con 60 moldes, en total doce formas diferentes, barquilla, bomba, rombo, rectángulo, redondo liso, redondo hueco, ovalado acanalado, etc.
Ya sabemos que la comida entra por los ojos, así que si sumamos los pequeños dulces a una presentación cuidada, el éxito está asegurado. Esta caja con los moldes se encuentra a un precio en torno a los 50 euros, pero si quieres gastarte menos (y tener menos trastos), puedes hacerte con estos cortadores de petit four, que ofrecen seis formas diferentes, aunque bastante sencillas, rombo, estrella, corazón, luna, triángulo y redonda. Su precio es de unos 24 euros.
Pero además, están las bandejas para servir los petits fours como en un restaurante, tres pisos para disponer las diferentes variedades de estos pequeños postres y quedar como grandes anfitriones. Si te encaprichas pero divagas sobre dónde podrías guardar esta bandeja de servicio, posiblemente sea más sencillo si sabes que es desmontable, y su precio ronda los 30 euros.
Todos estos utensilios pueden ser eso, muy útiles, pero no estrictamente necesarios. Lo principal, es saber hacer petits fours ricos y sugerentes, así que quizá lo primero que necesitarás si te quieres introducir en la elaboración de estas pequeñas creaciones, puede interesarte El Arte de los Petits Fours, un libro con unos 200 petits fours diferentes, dulces y salados, fruto de la labor de dos maestros de la pastelería francesa, Joëll Bellouet y Jean Michel Perruchon.
Ahí queda, ya nos contarás si te pones manos a la obra, o si ya las tenías en ella.