AECOC, la Asociación de Empresas de Gran Consumo, en el marco de su campaña ‘La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala’, que tiene entre sus objetivos reducir el desperdicio que se produce a lo largo de la cadena alimentaria y maximizar el uso del ‘excedente’ que se genera en la redistribucióin, reutilización, reciclado, etc., ha presentado el primer estudio ‘Hábitos de Aprovechamiento de Alimentación en los Españoles‘.
Los resultados de este estudio son una radiografía del comportamiento de los españoles con los alimentos que adquieren, es más, se han diseñado cinco perfiles de consumidor. Están los ‘reaprovechadores’, que son los que intentan sacar provecho de todos los alimentos y de las sobras que generan, y que representan el 32% de los encuestados, también los ‘foodwate generators’, quienes guardan las sobras de comida aun sabiendo que acabarán tirándolas, representando el 21% de los encuestados. Este perfil de consumidor es consciente de que desperdicia demasiada comida, y a su vez, de deja influenciar por las promociones de los comercios.
Un 16% de los consumidores se han clasificado como los ‘busca capricho’, son los que no planifican la compra y se dejan influenciar por ofertas, descuentos y novedades. Con el mismo porcentaje están los dos otros perfiles de consumidores, los ‘eco-friendly’, que son los que se preocupan por el medio ambiente y procuran consumir productos de proximidad, se comprometen con su entorno, etc., y los ‘price-driven’, los que compran teniendo en cuenta el precio de los alimentos, e incluso suelen llevar la comida preparada cuando salen de casa.
El estudio Hábitos de Aprovechamiento de Alimentación en los Españoles de AECOC revela que el colectivo que más desperdicio de alimentos genera son los jóvenes de entre 25 y 34 años, con un 20%, porcentaje que se reduce a medida que aumenta la edad, llegando al 8% entre la población de entre 55 y 65 años. Y un dato que nos debe hacer pensar: sólo un 15% de la población española asegura no desperdiciar ningún producto o alimento.
¿Tan mal nos organizamos en la cocina?, ¿tan mal sabemos comprar?, ¿tan caprichosos somos a la hora de comer?, ¿tan poco valoramos lo que cuesta la comida?, ¿tan poco nos importa el futuro de la humanidad? Pues parece que así es, sobre todo entre los que han vivido en época de bonanza, por eso son los más mayores los que menos alimentos desperdician, porque saben lo que ha sido no tener. Y quizá, próximamente haya una nueva generación con la misma conciencia sobre el valor de los alimentos debido a la crisis, y también sobre cómo afecta el desperdicio al planeta y al futuro.
Veamos más cifras deprimentes, el 70% de los encuestados declara que los principales motivos por los que se desperdician alimentos son porque se olvidan de que los tienen en la nevera, y porque no conocen la diferencia entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente, a estas alturas… Además un 25% dice que no merece la pena guardar alimentos debido a su escaso valor, un 15% declara que no sabe medir las cantidades que cocina para que no queden sobras, y un 9% dice no saber cómo aprovecharlas.
Seguro que ya lo sabéis, pero los frescos son los alimentos que más se tiran, esto es básicamente por la mala planificación entre lo que se compra y lo que se consume, así, frutas, vegetales, pan y comidas preparadas son los alimentos que más se tiran, les siguen las carnes, los lácteos y los pescados. No sabemos si merece la pena destacarlo, pero ahí están las cifras: lo que menos se desperdicia son los productos que tienen una buena y prolongada conservación, como los zumos, los refrescos, el vino, los snacks salados (patatas, aceitunas…), y curiosamente los huevos. Sólo un alimento, lo demás son productos.
Quizá lo que sorprende es conocer qué Comunidades Autónomas son las que más desperdician alimentos, pues son líderes en Andalucía (18%) seguidos de las Islas Canarias (17%). Y donde menos volumen de desperdicio de alimentos se genera es en la Comunidad Valenciana (11%) y en Madrid (13%).
Es momento de volver a tomar conciencia del desperdicio de alimentos que somos capaces de producir, sea en casa, en el trabajo… porque esto también se olvida si no hay alguien repitiéndolo constantemente.
Foto | USDA