Hace algo más de un mes conocíamos la noticia que indicaba que el Gobierno mexicano había dado el visto bueno para comenzar a experimentar con nuevas variedades de maíz transgénico desarrolladas por la empresa biotecnológica norteamericana Monsanto. Ahora Greenpeace advierte de serios riesgos de contaminación genética del maíz mexicano y lo hace basándose en la nueva medida adoptada por el Gobierno mexicano en la que ha decidido suprimir los aranceles que pesaban sobre algunos productos básicos de alimentación.
En principio, esta medida se ha concebido para evitar el desabastecimiento de determinados alimentos básicos para la población mexicana, como por ejemplo el maíz. Greenpeace que la adopción de esta medida abre las puertas a los productos transgénicos y puede provocar que todas las variedades de maíz mexicanas terminen siendo contaminadas.
El temor a que se importen granos transgénicos de otros países ha puesto sobre aviso a esta organización y advierten que la importación de grano al país no es la mejor solución para enfrentarse a la actual crisis alimentaria en la que se ven sumergidos muchos países, ya que estos alimentos transgénicos podrían representar un riesgo para la salud.
El peligro que menciona Greenpeace estaría igualmente presente aunque no se hubieran eliminado los aranceles, por un lado se encuentran las investigaciones de Monsanto con el consiguiente riesgo de contaminación y por otro se encuentra la importación de maíz transgénico. Los aranceles no frenarían la entrada de estos alimentos y menos si existen necesidades en la población. Por otro lado, existen pruebas que indican que la entrada de transgénicos se ha venido dando desde hace años.
El problema no son los aranceles, retirarlos permite acercar los alimentos a la población, véase el caso de los aranceles del aceite de oliva en la India o los aranceles del vino en China. Es posible que a priori la solución más efectiva es la que ha adoptado, y si no, ¿qué hacer?.
Greenpeace estima que hasta la mitad del maíz que México importa proveniente de Estados Unidos es transgénico y teme que la supresión arancelaria aumente el contenido de transgénicos significativamente. Esto es algo que no se entiende, si ya se ha estado importando maíz transgénico desde hace años, el riesgo de contaminación ha sido evidente desde un principio, así pues, lo que lo que solicita Greenpeace no serviría de nada y además podría agravarse la situación.
Greenpeace indica que desde hace diez años el Gobierno mexicano importa maíz transgénico y además confirma que se han detectado focos de contaminación transgénica en un par de localidades del país. En el año 2004 un tren cargado con maíz transgénico descarriló y muchos de los granos quedaron dispersados y germinaron, otro foco de contaminación…
En muchas ocasiones estamos de acuerdo con Greenpeace, pero no en esta ocasión, la supresión de los aranceles es una solución (no la más efectiva) pero si la más rápida a corto plazo. En lugar de exigir de nuevo la aplicación de los aranceles, se debería exigir un compromiso en el que el Gobierno de México sólo aceptara maíz desarrollado tradicionalmente y aplicara las medidas oportunas para controlar los alimentos, certificados expedidos por el país de origen, análisis, etc.
Las medidas que propone Greenpeace pueden ser adecuadas, pero creemos que son a término medio y el problema se debe abordar ahora. Por otro lado, la crisis alimentaria puede agravarse mucho más, sobre todo al conocer los máximos protagonizados por el petróleo, las soluciones son bastante complicadas.