En el mes de noviembre, la organización alemana de consumidores Foodwatch presentaba los candidatos nominados al Producto Alimenticio más Fraudulento del Año 2018, cinco productos que destacaban por suponer un claro fraude al consumidor, sea por su composición, por el etiquetado, etc. Recordemos que estos candidatos eran finalistas de una lista anterior en la que aparecían un gran número de productos que destacaban por su carácter fraudulento, por ser un engaño mezquino y descarado.
Pues bien, tras las votaciones y el correspondiente escrutinio, podemos saber que el agua Glacéau Smartwater de Coca-Cola gana el Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año 2018. Recordemos que se trata de un agua de manantial que ha sido vaporizada y, tras su condensación, se añaden distintos electrolitos como el magnesio, el potasio y el calcio, parece ser que este proceso otorga un sabor diferente al del resto de aguas.
La organización alemana comentaba que esta variedad de agua no era mejor que el agua mineral, tal y como pretende hacer creer la compañía Coca Cola, a esto hay que sumar que su precio se multiplica por siete si se compara con otras variedades de agua mineral. Para Foodwatch, el proceso al que se somete el agua no tiene sentido y es superfluo, evaporar el agua, recogerla y añadirle los elementos que ha perdido por la evaporización es un sinsentido.
Los participantes en la votación del Premio Goldener Windbeutel 2018 lo han tenido bastante claro, votaron unas 70.000 personas y una tercera parte (30’5%) votó por el agua de Coca Cola como la mentira más insolente del año. Según la directora de la organización de este premio, Coca Cola es número uno en este tipo de argucias cuya finalidad es sacar el dinero a los consumidores, a la compañía se le ha ocurrido un proceso de edición del agua que resulta escandaloso, parece enmarcarse en la ciencia, pero es completamente absurdo. Mucha publicidad y parafernalia en torno a Smartwater para lograr convencer a los consumidores y obtener una gran rentabilidad por un producto que no vale lo que cuesta.
El segundo producto más votado con un 28’1% ha sido el kétchup para niños de Heinz, recordemos que se trata de una variedad que se presenta con un 50% menos de azúcar y sal, sin embargo, su precio es un 40% más caro que el equivalente tradicional. Este sobrecoste no tiene sentido, ya que se trata del mismo kétchup, pero con menos azúcar y sal, no es extraño que la organización alemana bromeara y comentara que quizá ese elevado precio se debiera al nuevo etiquetado y envasado.
En tercera posición, con el 15’6% de los votos, se han colocado las barritas de granola con crema de leche y miel (Corny Milch) de Schwartau, un tentempié que se anuncia como saludable por contener cereales, miel y un extra de calcio, a pesar de que el 50% de la composición de las barritas son azúcares y grasas. ¿Dónde está el carácter saludable? No se puede anunciar algo como beneficioso para la salud por incluir determinados elementos y obviar la carga elevada de ingredientes poco saludables.
En cuarto lugar, con un 13’5% de los votos, se clasifica el aceite Bratöl Olive de Dennree, producto ecológico Premium que se presenta en una botella de vidrio y una etiqueta donde aparecen aceitunas explicando que contiene aceite de oliva virgen extra especial para freír. Claro, que este aceite en realidad es una mezcla de un 51% de aceite de oliva y un 49% de aceite de girasol. Cierto es que la marca lo especifica en la lista de ingredientes, pero juega con la etiqueta que hacer creer al consumidor que se trata de un aceite 100% virgen extra. Pero recordemos que Dennree, tras anunciarse que su producto era candidato a estos premios, dijo que revisaría el etiquetado del aceite y que cambiaría la presentación a partir del próximo año, incluyendo en la fotografía un girasol para que quedara claro que el producto es una mezcla de aceites, quizá esto le ha salvado de ganar el Premio Goldener Windbeutel 2018, de ello hablábamos en este post.
El producto que se ha colocado como quinto clasificado con un 12’3% de los votos ha sido un preparado de guisantes con chorizo que comercializa Edeka. Se trata de una comida preparada que, en teoría, está libre de aditivos, colorantes, saborizantes, etc., pero en realidad contiene hasta 10 aditivos diferentes que no se definen como potenciadores de sabor y, por tanto, la marca no infringe la legislación. Pero no es honesta, utiliza mensajes publicitarios “libre de” o “sin” de una forma engañosa haciendo creer a los consumidores algo que no es.
Recordemos que este año, por primera vez, los consumidores podían proponer productos candidatos al Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año a través de la nueva plataforma de quejas contra las mentiras publicitarias de los productos alimenticios lanzada por Foodwatch, donde los usuarios comparten los productos y las particularidades que hacen que destaque por considerarse engañosos y fraudulentos.
Como cada año, la organización exige que los organismos competentes impongan una prohibición de publicidad engañosa, que se dé solución a esos resquicios en la legislación que permite esos engaños legales, que se alcancen mejores reglas en el etiquetado, etc. Esta es una reivindicación en la que el premio juega un papel importante, ya que muestra a los consumidores hasta qué punto las empresas pueden llegar a tomarles el pelo.
Por cierto, casi con toda seguridad se puede decir que Coca Cola no recogerá este premio, de hecho, ningún ganador de las anteriores ediciones lo ha recogido. Podéis conocer más detalles de la votación a través de la página oficial de Foodwatch.