Ghost Fleet es el título de un documental sobre los esclavos de la pesca de la industria pesquera tailandesa, en él se muestran las prácticas laborales de esta industria que abastece a Europa, Estados Unidos y Asia de pescado y marisco. Recordemos que a principios de año, la Comisión Europea retiró la tarjeta amarilla INDNR (pesca ilegal, no declarada y no reglamentada) a esta industria, sin embargo, el tema de la mano de obra esclavizada se ha dejado como última cuestión a solventar y se sigue trabajando en ello. Aclaramos este punto para que quede claro que retirar la tarjeta amarilla no quiere decir que se haya eliminado esta forma de esclavismo moderno.
El problema del uso de mano de obra esclavizada por la industria pesquera de Tailandia su sufre desde hace varios años, aunque fue en 2014, a raíz de una investigación de The Guardian, cuando se puso en relevancia. A través de ese reportaje podíamos saber que los trabajadores inmigrantes llegaban a realizar jornadas de trabajo de 20 horas diarias, sufrían palizas, torturas y según algunos testigos, se llevaron a cabo asesinatos, todo un drama oculto tras las gambas y camarones que comercializan grandes compañías del mundo.
Tras el reportaje y al cabo de un par de días, algunos minoristas y cadenas multinacionales como Wal-Mart, Tesco o Carrefour, entre otras, informaron que hasta que se esclarecieran los hechos, aplicaban el principio de precaución y dejaban de comprar productos marinos al Grupo Charoen Pokphand Foods (CP Foods), el mayor productor de langostinos y gambas del país asiático. Dos años después (2016), una investigación de Greenpeace desvelaba que la industria pesquera de Tailandia seguía explotando a los trabajadores de un modo que se consideraba esclavitud, por lo que se continuaban violando los derechos humanos. La diferencia es que en esta ocasión, se detectó que los barcos faenaban en aguas lejanas a fin de evitar las regulaciones y, por supuesto, a las autoridades para seguir con sus prácticas.
En 2017, otro informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) volvía a denunciar la situación del trabajo esclavo en la industria pesquera de Tailandia, asegurando que la situación prácticamente no había cambiado y como Greenpeace, apuntaba que lo único que había cambiado era el terreno de juego, ya que los pesqueros faenaban en aguas remotas para evitar las regulaciones pesqueras. En definitiva, a día de hoy parece que la situación poco ha cambiado, por lo que quizá la UE no debería haber retirado la tarjeta amarilla para poder ejercer más presión y eliminar esta forma moderna de esclavismo. No hay que olvidar que la esclavitud moderna se sufre en otros segmentos, como en la cadena de suministro del atún en conserva.
El documental Ghost Fleet profundiza en estas sórdidas prácticas de la industria pesquera a través del trabajo que realiza Patima Tungpuchayakul, una activista y abolicionista que denuncia el trabajo esclavo e intenta ayudar a estos esclavos modernos. Patima trabaja en colaboración con Tun Lin, un antiguo esclavo que fue secuestrado cuando tenía 14 años y fue forzado a trabajar en un barco de pesca sin cobrar nada durante 11 años. Es una película que muestra la realidad que tiene que vivir una parte de la población del país asiático, una imagen de lo que es la esclavitud actual, que no se concibe en pleno siglo XXI.
El documental es una denuncia al tráfico de personas por parte de grupos organizados que bajo promesas de empleos de calidad, son vendidos a capitanes de barco y retenidos durante años trabajando prácticamente gratis y sin contacto ninguno en alta mar. Patima Tungpuchayakul, nominada al Premio Nobel de la Paz en 2017, realiza un recorrido con su grupo por las islas del sudeste asiático buscando esos pescadores esclavos que lograron escapar para entrevistarlos, conocer más detalles del problema e intentar liberar a quienes están pescando bajo pésimas condiciones.
La película documental de Vulcan Productions dirigida por los periodistas Shannon Service y Jeffrey Waldron, ha tardado varios años en acabarse debido a la falta de recursos económicos, se presentó por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Toronto y desde entonces ha logrado obtener varios premios y reconocimientos en diferentes festivales de cine. El pasado 8 de junio se presentó en diferentes países con motivo del Día Mundial de los Océanos, esperamos que esta obra de la que podéis conocer aquí más detalles, pueda ser vista por todo el mundo y así conocer en profundidad este problema que a día de hoy sigue sin haberse solucionado.