Un grupo internacional de investigadores acaba de dar a conocer el genoma del sorgo (Sorghum bicolor), una planta de origen africano conocida también como mijo grande, maíz de Guinea y Kafir entre otros nombres, y cuyo cultivo es de gran importancia en Asia, América Central y África. De esta planta se obtienen unas semillas que son utilizadas para elaborar harina con la que se alimentan millones de personas, de hecho, el sorgo se considera el quinto cultivo de cereales más importante del mundo.
El grupo de investigadores que ha dado a conocer el genoma indica que se trata de una información muy valiosa con la que se podrá aprovechar mejor el potencial que ofrece esta planta para ser utilizada como alimento humano, para el ganado o biocombustible. Dicho potencial se encuentra sujeto sobre todo a la gran resistencia que el sorgo presenta a las altas temperaturas y a los periodos de sequía extrema, aspectos muy valorados ante el cambio climático que estamos viviendo.
El sorgo presenta unas exigencias de calor mucho más elevadas que el maíz, resiste mejor la sequía y necesita menos cantidad de agua para desarrollarse y formar la materia (semillas) para los usos que antes hemos mencionado.
Estas ventajas son fruto de la adaptación y la evolución de la planta a los entornos hostiles y complicados como el que puede ofrecer el continente africano. Conocer el mapa genético del sorgo permitirá a los científicos diseñar nuevas variedades que se podrán adaptar a otros entornos geográficos permitiendo que pueda ser cultivado en otros países y así aprovechar su potencial.
Los investigadores indican que eligieron este cereal para desarrollar su trabajo por la gran importancia que presenta para la alimentación humana, animal y recientemente como fuente con la que elaborar biocombustible. El mapa genético del sorgo además permitirá conocer un poco más la evolución sufrida por los cereales durante millones de años y los mecanismos utilizados para adaptarse a los nuevos entornos, convirtiéndose en nuevas variedades de cereales, de hecho, se cree que muchos cereales tienen un antepasado común, maíz, arroz, mijo, sorgo, etc.
Si quieres conocer más detalles sobre esta investigación, puedes consultar la web de la Universidad Rutgers (Estados Unidos), uno de los organismos responsables de la investigación.
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