El mijo perla es una de las variedades de mijo que más se cultivan en el mundo, también es uno de los más valorados por su contenido nutricional y por la posibilidad de incluirlo en diferentes elaboraciones culinarias, siendo, además, uno de los cereales indicados para las personas celíacas ya que no contiene gluten. Según las investigaciones, este cereal es originario de África y posteriormente se introdujo en La India, y en la actualidad este país es el de mayor consumo junto al resto de Asia.
Pero no es de la historia o características de este cereal de lo que queremos hablar, sino de un gran avance realizado por un equipo internacional de investigadores, han logrado descifrar el mapa genético del mijo perla. En este trabajo han participado 65 científicos de 30 instituciones de investigación, el objetivo era desvelar el genoma del mijo perla para comprender por qué este cereal tiene un gran potencial de producción en temperaturas de más de 42 grados centígrados y en condiciones de extrema sequía, temperatura y condiciones que otros cultivos no pueden soportar y que terminan no siendo viables como, por ejemplo, el trigo, el arroz o el maíz.
La mayoría de cereales no son capaces de soportar una combinación de altas temperaturas de entre 30° C y 35° C cuando las plantas inician la formación del grano, por el contrario, la planta del el mijo perlado desarrolla los granos sin problemas a una temperatura de 42° C. Comparándolo con otros cereales, esta variedad de mijo cuenta con varios genes que contribuyen en la protección térmica de la planta, un rasgo que se considera de crucial de cara a las próximas décadas, ya que se esperan olas de calor debido al cambio climático que pueden hacer mella en numerosos cultivos. Recordemos que algunos estudios ya apuntaban que el cambio climático afectaría al rendimiento de los cultivos en Europa reduciendo la productividad de algunos cultivos en un 20%.
Los expertos del Consorcio Internacional de Secuenciación del Genoma del Mijo Perla (IPMGSC) explican que la investigación genética sobre este cereal ha sido inadecuada y los productores han contado con información limitada a la hora de poder desarrollar nuevas variedades híbridas que ofrecieran un mayor rendimiento y se adaptarán a las restricciones y situaciones climáticas que sufren los agricultores (falta de agua y temperaturas elevadas). Explican también que es muy importante desarrollar cultivos que puedan soportar condiciones adversas, ya que es una de las soluciones para poder abordar las consecuencias del cambio climático, evitando una crisis alimentaria que con los años se irá recrudeciendo.
Además de la secuenciación del mapa genético del mijo perla, se han secuenciado 994 líneas adicionales de plantas salvajes a fin de poder conocer mejor las propiedades moleculares relacionadas con los mecanismos de resistencia a la sequía sobre la base genómica (genes compartidos). Los rasgos genéticos del mijo perlado son cruciales, identificar esos genes que contribuyen a la tolerancia del calor, podría ser de gran ayuda para otros cultivos como el maíz, el arroz o el trigo, pudiendo crear nuevas variedades de estos alimentos que estuvieran mejor preparadas para hacer frente al cambio climático.
En definitiva, el genoma del mijo perla es un recurso de gran valor para mejorar los rasgos agronómicos del propio cultivo y de otros cultivos en ambientes extremos. La investigación, que podéis consultar a través de este artículo publicado en Nature Biotechnology, es extensa, en ella encontramos datos sobre la producción del cereal, sus valores nutricionales u otras características y rasgos importantes. Además, se ofrecen todos los detalles del ensamblaje del genoma y su distribución, la identificación de las familias de genes, la estructura de la población, su diversificación y domesticación, etc.