Investigadores pertenecientes al Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), acaban de dar a conocer que han logrado secuenciar el genoma del frijol (Phaseolus vulgaris), gracias al mapa genético de esta especie, familia de las leguminosas, se podrán desarrollar nuevas variedades con características más interesantes como la resistencia a las enfermedades, las temperaturas extremas, la productividad, etc. El proyecto para descifrar el genoma se inició hace un par de años como parte de una estrategia a corto y medio plazo, para el aprovechamiento de este recurso alimentario iberoamericano que como sabemos, actualmente se cultiva en muchos lugares del planeta.
En total existen unas 400 especies de Phaseolus, de ellas, las más destacadas son: Phaseolus Coccineus L. (frijol ayocote), Phaseolus Lunatus L. (frijol comba), Phaseolus Acutifolius Gray (frijol tepari) y Phaseolus Vulgaris L. (frijol común), especies domesticadas por el hombre. Con respecto a los orígenes de la variabilidad genética, se sabe que un núcleo principal de diversidad está localizado en Ecuador y en el norte de Perú, desde estos enclaves las poblaciones silvestres de frijoles se esparcieron hacia el norte y hacia el sur, en ese momento se crearon dos acervos genéticos (patrimonio genético de una especie) que se diferenciaron claramente. La variabilidad genética estaba bien estudiada, pero faltaba poder tener acceso al genoma del frijol, un mapa genético que permitirá desarrollar diferentes líneas de investigación en pro de la mejora y la seguridad alimentaria.
El mapa genético identifica 26.500 genes, ahora será necesario averiguar qué genes están implicados en la resistencia a las enfermedades, a la sequía extrema, a la salinidad del suelo, en la productividad, en el contenido nutricional, etc., no es una tarea fácil, pero se cuenta con la herramienta adecuada, el genoma. Todos los pasos de la investigación se explican con todo detalle a través de www.genoma-cyted.org al Proyecto Genoma CYTED, así como una explicación breve sobre la historia del frijol, la aparición de las diferentes variedades y los cuatro acervos genéticos principales, etc.
El frijol es uno de los alimentos más antiguos que ha formado parte de la dieta humana y actualmente es un alimento básico para millones de personas de América latina y África, aunque como hemos dicho antes, se consume en prácticamente todo el mundo en mayor o menor medida. Hablando de estos dos continentes, debido a que el acceso a la proteína de origen animal es limitado, sobre todo en los países en vías de desarrollo, el frijol es la principal fuente de proteína.
Dependiendo de la región donde se localizan, se denominan chícharos, frijoles, alubias, frisoles, fabes, granos, pochas, habichuelas, porotos, frejoles, etc., en todos los casos se consume el grano seco y su aporte nutricional es de gran valor, además de ser una fuente de proteínas, tiene un alto contenido en fibra y es una excelente fuente de minerales.
El genoma del frijol contribuirá a desvelar además, algunas incógnitas de la diferenciación entre los dos principales acervos genéticos y el resto de especies que se desarrollaron a partir de ellos, así mismo se podrán desvelar las claves de su domesticación. Los investigadores explican que se podrá incrementar la productividad y la rentabilidad tanto para la alimentación humana o la animal, como para fines industriales. Ahora empieza una segunda fase en el proyecto del genoma del frijol en el que los expertos van a poder conocer en menos tiempo y con más facilidad el mapa genético de otras variedades, investigación clave para la domesticación y mejora.
En lo que respecta a mapas genéticos, en los últimos años se han realizado avances muy importantes, ahora los investigadores tienen acceso al genoma de la soja, al genoma de la patata, el genoma de la uva, el genoma del pepino, el genoma del sorgo, el genoma de la vaca, o el genoma del cerdo entre muchos otros. Los mapas genéticos son una herramienta clave que ayudará a superar problemas como el cambio climático, el aprovechamiento de tierras que hasta la fecha no eran aptas para el cultivo, y que permitirán satisfacer la creciente demanda de alimentos por el aumento de la población mundial, etc.
El proyecto que hemos conocido, se propuso y aprobó en el año 2009 por delegados de los 21 países iberoamericanos que forman el Comité Directivo del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED). En el año 2010 se inició el trabajo para descifrar el mapa genético del frijol, han pasado dos años y por fin se han liberado los resultados, la información será una valiosa herramienta para investigadores de todo el mundo. Podéis conocer más detalles del trabajo a través de la página web de Langebio y a través de la web del citado Proyecto Genoma CYTED.
1 comentarios
me salvo de muchos exelente informacion gracias