Un grupo internacional de investigadores liderados por la Academia de Agricultura y Ciencias Forestales de Beijing (China), acaba de dar a conocer que se ha completado la secuencia genética de la sandía (Citrullus lanatus), planta originaria de África perteneciente a la familia de las Curcurbitaceae, familia a la que también pertenece el pepino, el melón, etc. Aunque su cultivo se ha extendido por todo el mundo, en el continente asiático las sandías tienen una gran presencia y son muy valoradas. El genoma de la sandía abre nuevas vías de investigación que permitirán incrementar la rentabilidad, mejorar la resistencia a las plagas y enfermedades, es una herramienta genética que además permitirá ahondar un poco más en su historia evolutiva.
Hablando de su historia, parece ser que el mapa genético de la sandía ha desvelado que la domesticación ha provocado que parte de los genes de resistencia que protegen a las sandías, se hayan perdido. Teniendo en cuenta que las cosechas de sandías sufren pérdidas significativas a causa de las enfermedades, este descubrimiento podría contribuir a recuperar esos genes perdidos. Los investigadores han destacado que las sandías silvestres cuentan con mayor diversidad genética y además los genes de resistencia están activos, toda una oportunidad para mejorar la genética de las sandías de producción.
Los expertos también han identificado varios genes asociados a los rasgos de calidad, tamaño, sabor, contenido en azucares o metabolismo de la citrulina, compuesto biológico que el metabolismo transforma en arginina, un aminoácido involucrado en diferentes actividades de las glándulas endocrinas, y capaz de producir efectos beneficiosos en el sistema circulatorio e inmunitario. Según los investigadores responsables del proyecto, el genoma de la sandía se podrá utilizar para desarrollar nuevos estudios sobre la evolución de los cultivos de curcubitáceas, dado que se han señalado diferentes genes comunes en la familia, también se podrán llevar a cabo otros estudios más básicos como la comprensión de la metabolización del azúcar.
Con el mapa genético de la sandía se podrán producir sandías sin alérgenos, recordemos que una investigación llevada a cabo por la Fundación Jiménez Díaz logró identificar tres proteínas que provocaban síntomas de alergia leve, pero con un consumo continuado podría derivar en otras complicaciones. Volviendo a la investigación, la genómica de integración y el análisis transcriptómico, han permitido adquirir conocimientos de importancia sobre diferentes aspectos del floema, el tejido encargado de transportar los nutrientes al fruto en las curcubitáceas como por ejemplo los pepinos. En este caso, los expertos apuntan que las sandías contienen 118 factores de transcripción (proteínas que participan en la regulación de la transcripción del ADN), en cambio los pepinos sólo tienen 46 factores, en ambos se identificaron 32 comunes.
Poco a poco se van desvelando los diferentes mapas genéticos de los alimentos más importantes y de mayor consumo en el mundo, el genoma del tomate, el genoma del cacao, el genoma del pepino, genoma de la patata o el genoma de la uva entre muchos otros. El mapa genético es actualmente una herramienta indispensable para poder hacer frente al cambio climático, la invasión de nuevas enfermedades y plagas, mejorar la productividad desarrollando plantas más eficientes capaces de producir frutos mayores y de mejor calidad, etc. Podéis conocer más detalles de la investigación a través del artículo publicado en la revista científica Nature Genetics.