Hoy conocemos una iniciativa que debería ser secundada por los gobiernos de otros países, el gobierno del Reino Unido quiere que las compañías alimentarias aporten pruebas cada año de que se han adoptado medidas para asegurar que no existe la esclavitud laboral en sus cadenas de suministros. Se ha elaborado un Proyecto de Ley con ese propósito, garantizar que las empresas alimentarias luchan contra la esclavitud laboral.
El Ministerio del Interior del país espera que este Proyecto de Ley sea aprobado y se incluya en los estatutos antes de que finalice la legislatura, pero además parece ser que también se plantea la posibilidad de que se incluyan el resto de empresas que ofrecen bienes y servicios, lo que todavía no se ha aclarado es el tamaño mínimo que debe tener una empresa para proporcionar la información, este tema es algo que todavía se deberá tratar.
Karen Bradley, Secretaria de Estado de Esclavitud Moderna y Delincuencia Organizada del Ministerio del Interior, explica que algunas empresas ya han adoptado medidas de forma voluntaria, sin embargo, con este Proyecto de Ley se garantizaría mayor transparencia en la cadena de suministros y la garantía de que los alimentos no se han obtenido mediante las prácticas de esclavismo laboral. Además, activistas y organizaciones podrían acceder a la información sobre lo que hacen estas empresas para luchar contra la esclavitud laboral.
Da la impresión de que este Proyecto de Ley nace a raíz del trabajo de investigación que realizaron los periodistas de The Guardian, en el que se ponía al descubierto la esclavitud laboral que vivía la industria pesquera de Tailandia, aunque este es uno de muchos casos de esclavismo laboral que se pueden citar, al respecto os recomendamos ver como ejemplo el documental sobre la explotación laboral infantil en el sector del cacao. Sobre el tema de la explotación laboral, según un informe publicado por el Ejército de Salvación, los casos de explotación laboral han superado a los casos de explotación sexual.
Resulta vergonzoso que hoy en día la esclavitud laboral tenga tales dimensiones, son culpables los países que la permiten, pero también las empresas que cierran los ojos en favor de su beneficio económico. Según Karen Bradley todos tenemos la responsabilidad de acabar con el comercio relacionado con el trabajo esclavo, con la medida propuesta se pretende que las empresas no acepten los productos con los que se abastecen si se han obtenido mediante de mano de obra esclava, como es el caso de lo ocurrido en Tailandia, donde los trabajadores sufrían jornadas de trabajo de 20 horas diarias, palizas de forma regular, torturas e incluso se hablaba de asesinatos como si fueran ejecuciones.
De momento el Proyecto de Ley está en fase de consulta y orientación legal, todavía se debe definir con exactitud el tipo de información que las empresas deberían aportar para demostrar que estarían cumpliendo con la nueva legislación, del mismo modo y como hemos indicado, aún se debe decidir qué tamaño deberán tener las empresas alimentarias que tendrán que demostrar que luchan contra la esclavitud laboral. Un código obligado de buenas prácticas es necesario, de este modo se evitará que los países desarrollados sean una de las causas de la precariedad laboral de los países en vías de desarrollo.
Recordemos que varias grandes compañías han repetido hasta la saciedad que no toleran el trabajo infantil o el trabajo esclavo, sin embargo, algunas podrían ser acusadas de permitirlo con el fin de abaratar costes en la materia prima. Como decíamos al principio un código de conducta obligado por ley sobre cómo se obtiene la materia prima o producto final con el que trabajan las grandes empresas debería instaurarse en todos los países industrializados, de momento Reino Unido trabaja en ello, ya veremos si el Proyecto de Ley sale adelante o el poder al algunas grandes compañías logra que se desestime. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en Food Navigator.
Foto | Cstrom