Hoy conocemos una iniciativa puesta en marcha por la empresa Soma, dedicada a la elaboración de filtros y otros accesorios para el agua, en colaboración con la empresa ambientalista Parley For The Oceans, para la creación de una nueva botella de agua que se comercializará en Starbucks y cuya particularidad es que lleva una funda de neopreno elaborada con plástico de botellas recicladas. Esta botella de cristal fomenta la reutilización, su cometido es que los consumidores la reutilicen con agua del grifo, y a su vez, pretende concienciar sobre la contaminación de los océanos.
La funda está fabricada con un 90% de un material denominado Ocean Plastic, resultante y equivalente a dos botellas de plástico que se han recogido antes de que lleguen como desecho plástico a los océanos. Estas botellas se transforman en un nuevo material granulado mediante un proceso de peletización, para convertirlo posteriormente en el neopreno con el que se fabrican las fundas. El resultado es la nueva botella Soma x Parley Ocean Plastic de edición limitada que se podrá encontrar en más de 5.000 establecimientos de Starbucks de Estados Unidos y Canadá.
Como iniciativa para intentar concienciar sobre los residuos plásticos de nuestros mares no está mal, según comentan aquí, con la compra de esta botella los consumidores se convierten en una parte de la solución para eliminar el desperdicio de plástico (pero una parte muy pequeña), también es interesante que se promueva la reutilización de la botella para llenarla con agua del grifo u otros líquidos. Pero lo cierto es que esta es una de tantas iniciativas que, aunque loables, termina teniendo un impacto mínimo, simplemente no es una solución al problema.
La contaminación del medio ambiente por plástico se ha convertido en un grave problema, a pesar de que la mayoría de los envases son reciclables, las empresas no quieren utilizar el material resultante porque no ofrece los atractivos estéticos que ofrece el material virgen, de ahí que de poco sirva que el PET (tereftalato de polietileno) sea reciclable. El volumen de plástico que acaba en el medio ambiente y especialmente en el medio marino, es tan elevado que diversos grupos ambientalistas hablan de una catástrofe ambiental, tan grave como la ocasionada por el cambio climático.
No es extraño que en los mares existan enormes islas de plástico o gigantes agrupaciones de plásticos, la última descubierta se encuentra entre California y Hawái con un tamaño de 1.600.000 kilómetros cuadrados, pero aunque se habla de seis islas (porque son las más grandes), las hay de todos los tamaños y en todos los océanos y mares, por eso los grupos ambientalistas consideran que hay cientos o miles de ellas. Tampoco es extraño que se puedan encontrar microplásticos en los alimentos marinos, en los campos agrícolas, en la sal, en el agua embotellada o en el ambiente, nuestro mundo está inundado por el plástico.
Pero es posible que ahora se cuente con una solución real al problema, una iniciativa que dista mucho de acciones como la puesta en marcha por Soma y Parley For The Oceans, sin ánimo de menospreciarla o criticarla. Hace un par de días hablábamos de una nueva tecnología de reciclaje de plásticos PET que podría marcar un antes y un después en la industria alimentaria, tecnología capaz de reciclar plásticos PET, incluidos los que integran colorantes, para convertirlos en un nuevo material transparente de grado virgen. El sistema permitiría acabar con el problema de reciclaje del PET, recordemos que, aunque es un material que se puede reciclar, el resultado es una nueva materia prima denominada RPet (PET reciclado) que las empresas no quieren utilizar porque con él no se pueden producir envases con un aspecto brillante e inmaculado.
Para muchos, la noticia del sistema desarrollado por la spin-off Ioniqa de la Universidad de Tecnología de Eindhoven, en colaboración con Indorama Ventures y Unilever, puede suponer un cambio drástico en el actual nivel de reciclado de este material. Hay que destacar, además, que el nuevo proceso de reciclado se puede repetir de forma indefinida, lo que introduce de lleno la industria del plástico PET en la economía circular, ya que se reduciría la entrada de materiales y la producción de desechos vírgenes a través de un bucle cerrado de continua reutilización.
Esta sí es una verdadera solución para hacer frente a un grave problema, como decíamos, las fundas de neopreno no son ni siquiera parte de la solución, porque se sigue produciendo PET y se sigue desechando (recordemos que en la actualidad el 91% de los envases no son reciclados), porque el material reciclado resultante no interesa a la industria por los motivos antes comentados. Con la solución de Ioniqa, las empresas ya no tendrán excusa para reciclar y reutilizar el material.
A través de la página web de Soma y la página web de Parley podréis conocer más detalles sobre la iniciativa.