Ayer nos hacíamos eco del supuesto fraude del aceite de oliva en Estados Unidos, un informe realizado por UC Davis (Universidad de California, Estados Unidos) concluía que los aceites de importación etiquetados con aceite de oliva virgen extra incumplían la normativa del etiquetado, la calidad era dudosa e incluso se hablada de aceites adulterados con aceite lampante o aceite refinado, siendo un fraude al consumidor. Hoy conocemos otra nueva noticia que revela fraude del aceite de oliva en Uruguay.
Según un informe de la Sección Evaluación Sensorial del Departamento de Alimentos de la Facultad de Química (FQ), en el marco del Proyecto OLIVIA, la mayoría de los aceites de oliva virgen extra que se comercializan en el país no corresponden a la categoría designada en la etiqueta. El mencionado organismo tiene la misión de ofrecer tranquilidad a los consumidores del país sobre el aceite de oliva que consumen, y para ello realizan catas y análisis químicos que certifican la calidad del aceite. En dicho estudio se pone de manifiesto que la mayoría de aceites importados procedentes de Italia, Argentina o España, son fraudulentos y no se corresponden con la designación “aceite de oliva virgen extra”.
Para llegar a esta conclusión los investigadores recopilaron 41 muestras diferentes de aceite (19 de Uruguay, 12 de España, 6 de Argentina y 4 de Italia) en diversos comercios del país y cuya etiqueta destacaba que eran “virgen extra”. El resultado fue que el 100% de los aceites de importación, es decir, los aceites de España, Argentina e Italia, no se ajustaban al etiquetado. Por el contrario, el 84% de los aceites uruguayos analizados se correspondían con la definición del etiquetado “aceite de oliva virgen extra” tal y como dicta la normativa del Consejo Oleícola Internacional. Como ya indicábamos en el post sobre el fraude de los aceites en Estados Unidos, parece que se secunda el desprestigio del aceite de oliva de importación a favor de los intereses nacionales, un ejemplo es el nuevo caso de fraude del aceite de oliva en Uruguay.
Esta es una buena excusa para los productores uruguayos, consideran la situación grave y aseguran que van a luchar para que se establezca una normativa que controle metódicamente la calidad del aceite de oliva, ya sea de producción nacional o internacional. Las cifras aportadas por la Sección Evaluación Sensorial del Departamento de Alimentos de la Facultad de Química del Proyecto OLIVIA, no hacen más que introducir en el saco de los estafadores a los países exportadores y destacar la transparencia del aceite producido en Uruguay.
Es posible que se pueda dar algún caso de fraude, pero ¿todos?, en nuestra opinión es una acción difamatoria y con intenciones puramente económicas, se pretende ensalzar el producto nacional haciéndose eco de la honestidad y del supuesto fraude que cometen otros países. En la publicación La República (evidentemente periódico digital de Uruguay) se hacen eco de los avances realizados en la investigación del aceite de oliva, hablan de la gran producción del país, de su crecimiento…. ¿qué esperabais?, cada uno barre para su casa.
Esperamos que den a conocer qué métodos y criterios se han llevado a cabo para la selección de muestras, los análisis químicos y demás parámetros que certifiquen los resultados, del mismo modo, esperamos la respuesta española y de los demás países acusados así como la opinión del COI, sobre todo después de haber leído “El 100% de los aceites extranjeros relevados no corresponde a la definición extra virgen que declaran en su etiqueta, teniendo en cuenta sólo el aspecto sensorial».
Foto | JToledo