Con el nombre de Frascarelli se conoce a una elaboración culinaria tradicional de la Marche (Las Marcas), una región del centro de Italia, de origen muy humilde, tanto que originalmente se elaboraba sólo con harina y agua. Y se sigue haciendo, igual que otras pastas italianas, pero también hay nuevas versiones y recetas, de hecho, hay tantas formas de hacer Frascarelli como familias que la elaboran.
Los Frascarelli se conoce también como Granitte en algunos lugares, se trata de una especie de polenta pero se hace con harina o sémola de trigo, y en lugar de ser totalmente cremoso, se presenta en modo de pequeños grumos (granitos). Hay quien dice que es la receta de pasta más fácil del mundo, puede ser fácil, pero su elaboración es de lo más entretenida.
Como sucede con otros tipos de pasta, se puede hacer con agua o al huevo. Por cierto, también hay una versión que se hace con arroz. El proceso de elaboración de los Frascarelli es el siguiente: Se extiende en la mesa de trabajo la sémola de trigo y ésta se va salpicando con agua tibia con ayuda de los dedos o con una brocha. La versión de esta pasta con huevo se salpica del mismo modo pero con huevo batido, puede ser una mezcla de huevo y agua, además de sal, pimienta… lo dicho, hay muchas variantes.
Una vez salpicada la harina, se mezcla con las manos y se formarán los esperados grumitos, entonces se debe tamizar para separarlos de la harina que no se ha mojado. Y vuelta a empezar hasta conseguir la cantidad de Frascarelli deseada para cocinar. Estos grumitos después se hierven como cualquier otra pasta, está lista casi al instante.
Sobre estas líneas podéis ver un vídeo en el que se puede contemplar cómo se elaboran esta pasta marchigiana que, una vez cocida, se puede acompañar con todo tipo de salsas un ragú con salchichas o carne picada, un salteado de setas, salsa de tomate con queso… es tan versátil como la pasta que nosotros conocemos, pero en su degustación recuerda más a los späetzle, por su textura.
Foto | Lucy Schaeffer