El coronavirus (COVID-19) ha provocado que consumidores de muchos países realicen ‘compras de bunker o pánico‘, es decir, compras para almacenar en casa y así garantizar su abastecimiento. No importa que los gobiernos y las cadenas de distribución hayan manifestado que están garantizados los suministros, la cuarentena y otras medidas para frenar la expansión del virus ha provocado que los ciudadanos se hayan lanzado a la compra de alimentos, productos de higiene y todo aquello que consideren necesario, casi sin mesura. El resultado ya lo conocemos, buena parte de los estantes de los supermercados se quedan vacíos y faltan muchos productos.
En Islandia e Irlanda, algunos minoristas conscientes del problema y con el fin de garantizar que las personas mayores y vulnerables tengan acceso a todos los productos, pusieron en marcha una franja horaria en los supermercados, la primera hora de apertura de estos establecimientos se reserva a estos segmentos de población para que puedan hacer sus compras sin que tengan que preocuparse de que los productos alimenticios y de higiene se hayan agotado. Lidl, Tesco o Sainsbury’s, entre otros minoristas, han introducido esta medida apelando al sentido común, la solidaridad y la responsabilidad de la población.
A esto hay que añadir que decidieron racionar la venta de determinados productos, de este modo se puede garantizar que todos los consumidores tengan acceso a los alimentos y productos que necesitan. Esta es la respuesta de algunos supermercados a la crisis del coronavirus, respuesta que se debería haber tomado también en otros países porque a día de hoy, el desabastecimiento sigue produciéndose en algunos supermercados españoles. En plena cuarentena, si acudes a Mercadona a medio día o por la tarde, apenas encuentras frutas y verduras, la sección de productos cárnicos está completamente vacía y faltan otros muchos productos, da la impresión de que las compras de bunker no se acaban.
En los países mencionados se secundaron estas iniciativas que empezó a poner en marcha el minorista Iceland en Belfast (Irlanda del Norte), una franja horaria (la primera tras la apertura) exclusiva para personas mayores y personas vulnerables, pero también se ha dispuesto que estos colectivos puedan tener acceso a los alimentos y productos básicos a través del canal online. Todas las personas que tengan más de 70 años o que tengan algún tipo de discapacidad, tendrán acceso prioritario en las compras y entregas online, la verdad es que no es mala idea, ya que es un modo de equilibrar la balanza y facilitar que todo el mundo tenga acceso a lo que necesita.
Como decíamos, a pesar de que se ha asegurado a los consumidores que no se deben preocupar y que el abastecimiento está garantizado, esto no ha convencido a algunos consumidores que se han abocado a la compra masiva de productos vaciando los estantes de los supermercados. Por esta razón, no ha quedado más remedio que introducir la restricción de la cantidad de un mismo artículo que una persona puede adquirir, por ejemplo, en estos supermercados no se podrán comprar más de tres unidades de cualquier producto, en el caso de los más básicos como la leche, el papel higiénico, etc., sólo se podrán adquirir dos unidades. Aunque hay que apuntar que cada supermercado introduce sus reglas y el número de unidades que se pueden comprar varía dependiendo del minorista.
Según explican aquí, todos los minoristas de Reino Unido realizaron un llamamiento a la población para que dejaran de realizar estas compras de pánico, siendo más responsables y considerados a la hora de comprar los productos. Reconocen que el COVID-19 preocupa y comprenden que en primera instancia los consumidores quieran garantizar que contarán con los suficientes alimentos y recursos, algo que provoca caos y problemas para segmentos poblacionales como las personas mayores. Los minoristas aseguran que comprando de forma responsable se garantiza el abastecimiento a toda la población, pero parece que el llamamiento no sirvió de mucho.
Como decíamos, a día de hoy en nuestro país seguimos encontrando estanterías vacías en los supermercados, por lo que en previsión de que la cuarentena se alargue más, no estaría mal que los minoristas que operan en nuestro país siguieran el ejemplo e introdujeran las medidas comentadas.