Francia fue el primer país en introducir la etiqueta alimentaria NutriScore, elegida como la idónea para identificar los alimentos saludables por su sistema basado en letras y colores, similar al del etiquetado semáforo del Reino Unido. Se eligió tras realizar un experimento en varios supermercados utilizando diferentes formatos de etiquetado, siendo su uso por la industria alimentaria, en principio, voluntario. Posteriormente ha sido adoptado por otros países comunitarios, como Bélgica o Alemania, entre otros.
Pues bien, al parecer, en un diálogo o debate entre investigadores, eurodiputados y ciudadanos, el eurodiputado español Adrián Vázquez Lázara ha comentado que Francia respalda la etiqueta alimentaria NutriScore en su propio beneficio, asegura que esto no es ningún secreto y espera que la Comisión Europea no caiga en la trampa de introducirla en la Unión Europea. Esto en principio debería ser improbable, recordemos que la Comisión Europea no se comprometió con la introducción de la etiqueta NutriScore y propuso utilizar una etiqueta nutricional obligatoria, pero antes se realizaría un estudio sobre el impacto de los diferentes tipos de etiquetado frontal en el envase.
Son varios los investigadores y expertos que alaban el etiquetado y aseguran que influye favorablemente en la elección de compra de alimentos que realizan los consumidores, otros, en cambio, argumentan que el etiquetado es inapropiado para atender los problemas nutricionales del mundo actual. Aseguran que no cuenta con un sólido aval científico, elude problemas graves de nuestros hábitos alimentarios y evidencias científicamente probadas, de ello hablábamos aquí. Merece la pena destacar que algunos productores aseguran que el algoritmo de NutriScore discrimina alimentos basándose en su composición nutricional, entre ellos, el aceite de oliva o el queso.
El caso es que a las dudas planteadas ahora se suma otra preocupación, la del apoyo de Francia al NutriScore en beneficio de sus grandes conglomerados alimentarios, algo que debería demostrarse en firme porque es una acusación seria. Este etiquetado clasifica a los alimentos desde una puntuación de -15 para los más saludables, hasta una puntuación de +40 para los menos saludables. En base a esta puntuación calculada por el algoritmo y aplicada a una cantidad estándar de 100 gramos de producto, se asigna una letra y un color que va desde el rojo al verde.
Volviendo a las declaraciones que realizó la CE en 2020, en teoría, se propondría un etiquetado para finales del año 2022, y como hemos comentado, no se conoce el formato y tampoco resultados de los estudios que supuestamente se están llevando a cabo, pero existen rumores de que NutriScore es el candidato preferido por el momento. La mayoría de los participantes del diálogo online organizado por Farm Europe y la subsidiaria Eat Europe, se oponían a la introducción de NutriScore, entre los argumentos expresados se encuentra la preocupación en torno a la gobernanza del etiquetado (el etiquetado fue desarrollado por Francia, por lo que es propiedad del estado francés) y los supuestos beneficios que ofrece a los grandes fabricantes de alimentos. Adrián Vázquez Lázara manifiesta su preocupación y considera que el etiquetado será una de las prioridades de la presidencia francesa, intentar que en la UE se adopte el etiquetado.
Francia esencialmente es el propietario del algoritmo y los algoritmos se pueden manipular (no se trata de una acusación, pero cabe esa posibilidad), por otro lado, se argumenta que el etiquetado beneficia a los grandes de la industria alimentaria sobre los productores artesanales. Se ha citado como ejemplo una comparativa entre la miel y un producto de chocolate en polvo de Nestlé, la miel tiene minerales, vitaminas, aminoácidos, enzimas, etc., su puntuación en NutriScore es una “D”, en cambio, el chocolate en polvo de Nestlé contiene cereales hidrolizados, azúcar, maltodextrina, algunas vitaminas y minerales… y recibe un “A” en el etiquetado. Estas incoherencias ya las hemos visto con muchos otros productos, como mencionábamos anets, el aceite de oliva, diferentes tipos de queso, etc.
NutriScore se basa en el trabajo de Serge Hercberg, profesor de nutrición en la Facultad de Medicina de la Universidad Sorbona, el experto explica que las acusaciones son ridículas y que el etiquetado ha sido desarrollado para proteger exclusivamente la salud de los consumidores. Añade que durante años, las grandes compañías alimentarias se han opuesto al etiquetado y abogaban por el denominado Etiquetado Nutricional Evolucionado o “etiquetado semáforo a conveniencia”, un sistema que se basaba en la información nutricional por raciones, que permitía eliminar las alarmas o puntos de color rojo que aparecerían con el etiquetado semáforo tradicional o con el etiquetado NutriScore, y por fortuna se suspendió. Pero no pasó mucho tiempo hasta que varias compañías aceptaron NutriScore e incluso solicitaron su obligatoriedad en la UE, un cambio que sorprendió a muchos, aunque se dice que fue gracias a la presión ciudadana.
Según leemos aquí, el profesor argumenta que NutriScore no es propiedad del gobierno francés, cuenta con protección a nivel europeo y con especificaciones precisas que se pueden consultar en la página web de Santé Publique France, a fin de que se evite su uso erróneo. También ha comentado que existe un comité directivo europeo y un comité científico formado por investigadores independientes, que se encargan del etiquetado en aquellos países en los que se ha implantado.
El debate está abierto desde hace tiempo, pero el hecho de que existan rumores sobre una posible aceptación exalta a quienes se oponen, seguramente no tardaremos en conocer nuevas noticias, ya que la CE debería pronunciarse sobre el tema.