Hace unas semanas podíamos saber que se había aprobado un nuevo reglamento que rige a la flota pesquera exterior de la Unión Europea, reglamento que contiene una serie de directrices que permite que los más de 23.000 pequeros que operan en aguas internacionales, sean los más transparentes, responsables y sostenibles del mundo. Es un gran avance en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, así como en la preservación de los recursos marinos. La organización Oceana se hacía eco de la noticia y lo celebraba, aunque no se hacía eco de los graves problemas existentes en las aguas comunitarias y que debían ser solucionados con urgencia.
Pero por otro lado destacábamos un informe del Centro Común de Investigación (JRC) en el que se advertía que el 93% de las poblaciones de peces del Mar Mediterráneo, están sobreexplotadas y algunas se encuentran en un punto de colapso o agotamiento peligroso por la sobrepesca, la contaminación, el cambio climático, etc. Cierto es que se ha dado un gran paso en aguas internacionales, pero ¿qué pasa con las aguas comunitarias? A esto respondíamos que “en casa del herrero, cuchillo de palo”. Pues bien, ahora es Oceana la que habla del fracaso de la UE en la reducción de la sobrepesca en aguas europeas.
Oceana manifiesta su preocupación debido a que es notoria la falta de acciones políticas decisivas que logren detener la sobrepesca en aguas comunitarias, situación que se mantiene desde hace años y, por ello, reclama que se lleve a cabo un cambio que permita una gestión más sostenible y responsable de los recursos pesqueros. Esta es la respuesta proporcionada por la organización al comunicado dado a conocer hace un par de días por la Comisión Europea sobre el estado actual de la política pesquera común y que podéis leer aquí.
Este informe confirma que desde que se adoptó el actual marco regulatorio pesquero en el año 2013, no se han realizado mejoras en la sostenibilidad de los recursos pesqueros, a pesar de que la CE apunta que en los últimos años se han producido avances significativos en la aplicación de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC). Esta es una información que no armoniza con los resultados del estudio realizado por el Centro Común de Investigación, alertando del riesgo de sobrepesca en las aguas comunitarias y, concretamente, en aguas del Mar Mediterráneo. Oceana explica que pese a que la obligación legal del acuerdo era acabar con la sobrepesca en el año 2015 y en algunos casos excepcionales en el año 2020, apenas se han realizado mejoras, destacando que en aguas atlánticas el ratio de pesca sólo se redujo un 1% en el periodo comprendido entre el año 2013 y el año 2015.
Por otro lado, denuncia que en el Mar Mediterráneo se mantiene una sobreexplotación de varias especies comerciales como la merluza, el salmonete, el rape y la bacaladilla, hasta en seis veces el nivel recomendado por los investigadores. Sin embargo, hay que destacar que según el JRC, no será suficiente llevar a cabo cambios en la presión de la pesca, existen otros riesgos que amenazan seriamente a las poblaciones de peces en el Mar Mediterráneo y que junto a la sobrepesca, forman un peligroso cóctel para la recuperación de las especies, como la variación de la producción primaria del Mediterráneo, la contaminación y la basura marina, las especies invasoras y el cambio climático.
Oceana advierte que la sobrepesca no es sólo un problema medioambiental, también es un problema socioeconómico, ya que de la pesca en el Mediterráneo dependen miles de pescadores que pueden sufrir la desaparición de su medio de vida. El actual estado de los stocks pesqueros de la Unión Europea se califica como grave y los cambios que se han realizado hasta el momento han sido lentos e infructuosos, es imposible garantizar que todas las poblaciones de peces estarán gestionadas de forma sostenible para el año 2020, lo que supone un fracaso estrepitoso de los acuerdos que se adoptaron para acabar con la sobrepesca.
Claro que, según este informe económico anual sobre la flota pesquera comunitaria, se han logrado reducir los costes del combustible y mejorar la eficiencia en la pesca, que junto a la recuperación de ciertos stocks (¿qué stocks?, recordemos que el 93% de las poblaciones de peces del Mar Mediterráneo, están sobreexplotadas), la flota pesquera comunitaria ha pasado de tener pérdidas en 2008 a beneficios récord en 2014. Es evidente que existen serias discrepancias entre los informes científicos y los informes financieros, atendiendo a los informes de los investigadores, la Unión Europea debe tomar cartas en el asunto de forma urgente y realizar los cambios oportunos tal y como los ha realizado con los pesqueros que operan en aguas internacionales.
Foto 1 | Derek Keats
Foto 2 | Bread for the World