En días anteriores hemos estado viendo algunos términos culinarios relacionados con la panadería y la pastelería, y hoy continuamos con otro que también se utiliza en cocina para ciertas elaboraciones. No hay mucho que explicar sobre cómo hacer un volcán o una fontaine, es principalmente para continuar conociendo el diccionario gastronómico francés y alguna curiosidad.
En muchas recetas de elaboración de masas o pastas, uno de los primeros pasos es mezclar los ingredientes, siendo el principal la harina. La definición de este primer paso es disponer la harina en forma de volcán, es decir, hacer una montaña con la harina y en la parte más alta y central formar un agujero.
Como sabéis, este hueco tiene la finalidad de acoger los líquidos y otros ingredientes para completar la masa, con esta disposición se puede ir incorporando la harina gradualmente, arrastrándola hacia el centro y todos los ingredientes se mezclan bien, además de ayudar a que los líquidos no se derramen.
Esto es más importante si se hace la masa en una superficie plana, sobre la mesa de trabajo, pues si la elaboramos dentro de un cuenco amplio no corremos el riesgo de que los líquidos se escapen, es por ello que cuando se trabajan cantidades moderadas de ingredientes se recomienda hacerlo dentro de un cuenco.
Curiosamente, en francés se define como hacer una fuente en lugar de hacer un volcán, ‘faire une fontaine‘. Pero la técnica es la misma, formar una cavidad en la que incorporar los huevos, la mantequilla, la leche o el agua, el azúcar o la sal… los ingredientes que sean necesarios para hacer una masa.
Que no se pierda ninguno de los términos culinarios mencionados por dejar de hacer masas a mano, aunque tengamos amasadoras que nos facilitan el trabajo y nos ayudan a ahorrar mucho tiempo, de vez en cuando debemos seguir disfrutando de la manipulación de los ingredientes, de seguir su naturaleza y transformación en nuestras manos.
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